La red de ensayos se realizó en 13 módulos, de 50 ha, y fue dividido en cinco zonas: Centro, en las localidades de Guaminí y Pellegrini (provincia de Buenos Aires); Litoral, en Gualeguay y Gualeguaychú (Entre Ríos), Norte, en General Pintos y Suipacha (Buenos Aires); Oeste, en Alejo Ledesma, Río Cuarto, y Laboulaye (Córdoba) y Sur, en Coronel Suárez, Chillar, Napaleofú y Tandil.
La superficie final del ensayo fue de 552 hectáreas, con un rinde promedio de 1.600 kg/ha. Por cuestiones climáticas, en el análisis no se incluyeron los rindes de la zona sur, que fueron afectados por heladas.
Cada módulo contó con 80% de la superficie cultivada en colza, con diferentes híbridos y variedades, y dos fechas de siembra. En el 20% restante se sembraron testigos, en donde se compararon la rotación colza/soja de segunda y el cultivo o rotación de cada ambiente. La siembra se realizó entre la segunda quincena de marzo y mayo, y se dividió en dos etapas, con un desfasaje de 30 días. Se buscaron lotes con antecesores de poca cobertura, como girasol y soja de primera.
La densidad de siembra aplicada fue de 5 kg/ha de semilla en las siembras más tempranas, y de 6 kg/ha para las fechas más tardías. En ciclos invernales, se buscó una densidad de 4 kg/ha en fechas tempranas. El distanciamiento entre hileras fue de 17,5 cm y 35 cm, con una profundidad de siembra de hasta 3 cm.
En herbicidas para siembra convencional se utilizó triflusarina en presiembra, y en el caso de siembra directa glifosato en preemergencia. En fertilización, se priorizó el balance aplicado de nitrógeno y azufre.
En General Pinto, Tandil, Chillar y Alejo Ledesma, la fertilización fue de 175 kg/ha de N y 25 kg/ha de S. En el resto de los módulos, se aplicaron 125 kg/ha de N y 15 kg/ha de S.
Los módulos del ensayo fueron cosechados en forma directa, con humedades máximas del 18%.
Andrés Lobato