Cuando la paridad cambiaria dejó de regir en la Argentina, el saneamiento de la situación financiera del sector productivo resultó estratégico para la consolidación del país como proveedor mundial agroalimentario. En el caso de la provincia de Buenos Aires, el recupero de créditos transmitido por el Bapro al Fideicomiso de Recuperación Crediticia está contribuyendo a la rápida regularización de las finanzas de unos 600 productores agropecuarios, sobre los 3.200 que conforman la cartera de deudores.
Las Pyme agropecuarias “según el Banco Central, son alrededor de 220 empresas, pero además existen otros 2.700 individuos, muchos de los cuales son productores agropecuarios”, detalló a Infocampo Oscar Nava, titular del fideicomiso.
En total, el agro representa el 20% de la cartera general, con un recupero total a 2005 de entre $160 y 180 M. El recupero total de la cartera al año pasado fue de $830 M.
La nueva condición financiera de estas empresas y productores “repercute en la generación de entre 800 y 1.000 puestos de trabajo. Esta continuidad y reinserción se produce gracias al saneo financiero”, recordó Nava.
También está claro que el ordenamiento de sus deudas, lespermite a los productores reingresar en el sistema crediticio y obtener nuevos préstamos”.
La buena performance del sector de los últimos años también se vio reflejada en su capacidad de devolución, con respecto al resto de la cartera: “el sector está pagando mucho mejor”, aseguró Nava. Si bien no se especificó la curva de devoluciones del agro en comparación con los demás actores económicos, Nava ponderó el trabajo mancomunado con las entidades del campo, mediante el cual existe una rápida identificación de las necesidades mutuas: “las entidades han acercado al deudor y nosotros nos hemos acercado al deudor gracias a las entidades”, concluyó.
Valor producto
El fideicomiso trabaja con un sistema de transformación de la deuda a valor producto para soja, maíz, girasol, carne vacuna y leche. “Esto significa que los deudores pueden hacer una planificación y ajustar sus compromisos a los ciclos productivos”, remarcó Nava.
El flujo de la cuota se pacta de común acuerdo, en función de la estacionalidad de la producción.
Cuando se lanzó este novedoso sistema, desde el fideicomiso se esperaba una gran aceptación por parte de los productores, pero no fue tan así. Para Nava, esto tuvo que ver con la “buena capacidad de devolución del sector”.
Marianela Garbini
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