Bernardo Piazzardi, de la Fundación Nueva Generación de Rosario, presente en el Outlook del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, dijo que los principales ejes fueron cómo agregar valor y cómo sustituir el petróleo vía nuevas tecnologías, como el bioetanol. Desde la Secretaría de Agricultura de Estados Unidos, hasta la Secretaría de Comercio, están pensando que en el futuro se va a acentuar la proporción de combustible proveniente del maíz.
Respecto del efecto que esto tendría en los saldos exportables, y a la disponibilidad de grano para comercializar internacionalmente, hay dos universidades del medioeste americano que están trabajando en esa tendencia, ya que están cambiando no sólo la proporción que se exporta con la de consumo interno, sino que también se está modificando la logística de flete, el acopio. Está trayendo una revolución muy grande, por ejemplo los efectos que generan los desperdicios del procesamiento del maíz para hacer etanol son destinados al engorde de la cría de porcino.
Tienen una política orientada al etanol y conciencia en que la caña de azúcar es mucho más eficiente para la fabricación de etanol que el maíz. En ese sentido piensan que se pueden mejorar procesos para aprender a hacer del procesamiento del maíz lo más similar al de caña. Básicamente una tonelada de caña molida genera más combustible que una tonelada de maíz. En EE.UU. entienden que tienen que desarrollar el cultivo de maíz por cuestiones ecológicas. En las ponencias todo el tiempo se habló de la Argentina, ya que todos los disertantes brasileños, chilenos, de Nueva Zelanda, Australia o India, no pueden dejar de mencionar al país por ser uno de los principales exportadores de muchos productos, aunque no saben bien cuál es el norte fijado a nivel sector, si quiere ir hacia cultivos tradicionales o hacia valor agregado. Pero EE.UU. quiere ir hacia la producción de cultivos y procesos que tiendan a combustibles renovables.
