La provincia de Buenos Aires es un distrito electoral indispensable para cualquier fuerza política que tenga aspiraciones serias a obtener la presidencia. En 2004, el PRO fundó el partido en la provincia y pretende arribar a 2009 llegando a cada uno de sus rincones. Su referente, y para que no quepan dudas, es un Macri. Jorge Macri (43), primo de Mauricio, es diputado bonaerense por el Pro.
Ex candidato a vicegobernador bonaerense por Unión-Pro, acompañando en la fórmula a Francisco de Narváez, renunció a la banca como diputado nacional para seguir trabajando en la provincia. Mientras docentes, médicos y profesionales de hospitales públicos realizan paros en reclamo de mejoras salariales, Jorge Macri dialogó con El Federal. Fiel a la tradición italiana, con cariñosa referencia a su padre y las comilonas con familia y amigos.
-¿Cuáles son hoy las prioridades en la provincia?
-La principal urgencia es la inseguridad, aunque los problemas más dramáticos de fondo son la educación y la falta de perfil productivo de agregaduría de valor. La provincia está desperdiciando oportunidades espectaculares. Si no genera trabajo de calidad y no genera una educación que incluya, siempre vamos a terminar cayendo en la marginalidad. Hoy hay 500 mil chicos que no estudian ni trabajan. La inseguridad sería como la fiebre: es la manifestación de un problema más profundo, de orden social, político y económico. Pero la fiebre puede resultar mortal si no se la combate, entonces hay que atacarla de manera dramática. La inseguridad es uno de nuestros ejes.
-¿Qué opina del actual paro docente y de salud en la provincia?
-Algunos reclamos son genuinos pero a mi entender la metodología del paro ha sido excesivamente utilizada en el último tiempo y lo que hace es agravar el problema de los más débiles: los chicos y los enfermos. El Cicop en salud, lleva más de 58 paros en 18 meses. En el último mes y pico, seis paros. Es mucho. Hay demasiada gente que sufre y viaja hasta un hospital para encontrarse con un paro. Con respecto a la educación, al principio de este año el gobierno de Scioli dio un aumento importante, no sé si suficiente pero sí importante. La inflación nos come el ingreso a todos, pero la metodología no es la solución. En muchos casos ambos padres trabajan y si hay paro no saben qué hacer con los chicos.
-¿Cuáles serían hasta el momento los aciertos del gobierno de Scioli?
-A nivel provincial, entablar el diálogo. Debo reconocer que, desde la asunción de Scioli, los ministros provinciales han tenido una vocación de diálogo nunca antes vista: se han acercado a las Cámaras de Diputados y Senadores, han escuchado propuestas. Scioli viene de la vida parlamentaria y, a diferencia de la Presidenta, está dispuesto a seguir respetando ese origen. También hay algunos cambios valiosos en el área de justicia y un esfuerzo por parte de Stornelli de recuperar a la policía. Pero a la inseguridad se la debe atacar con un plan integral que va desde la educación, la contención y la prevención social hasta una actitud de fuerte presencia policial preventiva, un sistema penitenciario que reinserte y no sea un curso acelerado de delincuencia y una justicia que entienda el compromiso de castigar a los que se equivocaron. Teniendo en cuenta que la reincidencia es un drama profundo, no se puede castigar a la sociedad largando delincuentes por una puerta giratoria. Las acciones individuales no son suficientes.
-¿Y cuáles serían las principales falencias?
-La principal es no discutir los recursos que necesita la provincia. Nosotros necesitamos un gobernador que se anime a entender que el principal compromiso es con la provincia y no con la Casa Rosada. Hay que pelear la coparticipación. Sin recursos la provincia es inviable. Más allá del déficit económico hay un profundo déficit social: la provincia no presta buenos servicios, y esto no se nota en el presupuesto. Mucha gente no accede a salud, y a educación, además de vivir en un medio ambiente incorrecto e inseguro. El Estado provincial debería hacer el doble de lo que hace. Estimamos que la provincia va a cerrar el año con un déficit de 8.000 millones de pesos.
-¿Por qué no asumió como diputado nacional?
-Porque era imprescindible seguir consolidando la construcción política provincial.
-Entonces, ¿por qué se postuló?
-Porque era útil tener el apellido Macri en la boleta. Cuando terminó la elección sabíamos que íbamos a estar muy bien representados en la Cámara. Es un trabajo de equipo: la necesidad del partido es que yo estuviera en la Legislatura provincial.
-¿A qué aspira el Pro?
-Estoy convencido de que vamos a tener un presidente de Pro en 2011 con un aparato político diferente: de la mano de la gente. Mauricio Macri no es sólo un referente municipal. Para conseguirlo vamos a tener aliados peronistas, radicales, y de otros partidos provinciales. Los que vengan tienen que ayudar a Mauricio a cambiar la realidad, sin querer condicionarlo. Aprendimos que la política la tenemos que hacer con buenos políticos tradicionales y con algunas figuras nuevas que se sumen. Un mix de ambos.
-¿Qué tendría que hacer el campo para capitalizar políticamente la fuerza que ganó?
-Primero, lograr los objetivos sectoriales que se propuso y que todavía no logró. Es una discusión pendiente. Se ganó la pulseada de la 125 pero las deudas del Gobierno Nacional con el sector son monumentales. Hoy casi todas las actividades agropecuarias son deficitarias: subieron los insumos, la sequía y otros factores llevan a un panorama difícil. El campo no tiene que perder el foco y sostener un reclamo inteligente que le permita mantener el capital social acumulado, el vínculo que tiene con la gente. En el Pro decimos que para que en el país haya políticas públicas, las personas que saben de los temas tienen que ser parte de la política. Más que construir un nuevo partido, me parece que algunos referentes del campo deberían ocupar cargos donde se sientan más cómodos. El Pro está abierto para recibirlos.
-¿Luciano Miguens sería un buen candidato del Pro?
-Nunca se lo hemos planteado. Pero creo que Luciano es un referente importante, que conoce mucho el sector, que está terminando su mandato en La Rural y que sería muy bueno que evaluara la posibilidad de participar en política. Sería una voz interesante, un aporte. Además, en las últimas elecciones y antes del conflicto, casi el 18 por ciento de nuestros candidatos del interior eran referentes del sector.
-¿Debería volver a tener Agricultura el rango ministerial?
-Es imprescindible. Es el sector que más ventajas comparativas y competitivas tiene a nivel internacional y que puede ser el motor del crecimiento argentino. El campo (y la agroindustria) nos pueden sacar estructuralmente de la pobreza, generando empleo de calidad. Sin la producción base de materias primas, que tanto se agredió en el último tiempo, no hay agregaduría de valor.
(Entrevista publicada en la edición de hoy de El Federal)
