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La brucelosis provoca menor eficiencia reproductiva

El especialista del grupo de Sanidad Animal del INTA Balcarce, Jorge Manazza, elaboró un informe donde se destaca la incidencia negativa de la enfermedad en la productividad de los planteos ovinos.

El especialista del grupo de Sanidad Animal del INTA Balcarce, Jorge Manazza, elaboró un informe donde se destaca la incidencia negativa de la enfermedad en la productividad de los planteos ovinos.
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Por Infocampo

La brucelosis ovina puede ser producida por brucella melitensis o por brucella ovis; dos bacterias infecciosas que tienen consecuencias diferentes para la salud humana, la producción y la sanidad animal.

La infección por brucella ovis, que afecta exclusivamente al ganado ovino, produce un cuadro denominado epididimitis infecciosa ovina o epididimitis de los carneros.

Según explicó Manazza, si bien “no hay evidencias de contagio a la especie humana, la enfermedad produce importantes pérdidas económicas, al disminuir la producción animal”.

La infección por brucella melitensis, en tanto, produce abortos en ovejas y cabras y se trasmite al hombre, provocando la fiebre de Malta. Esta bacteria tiene un amplio alcance en muchas regiones del mundo y es responsable de numerosos casos de brucelosis humana diagnosticados en nuestro país, principalmente en aquellas provincias del Noroeste y Centro, donde la prevalencia y los censos de ovinos y caprinos son más importantes.

“A pesar de las graves consecuencias para la salud humana y el impacto negativo para la producción animal, ninguna de estas dos enfermedades infecciosas son objeto de campañas de erradicación obligatoria en nuestro país”, advirtió el especialista.

Detección. La brucelosis origina lesiones en los genitales del macho produciendo infertilidad o subfertilidad. Las manifestaciones clínicas más importantes en los carneros son la epididimitis y la disminución de la fertilidad, obligando a que se eliminen reproductores de alto valor genético, además de generar abortos en ovejas y nacimientos de corderos débiles.

“Sin embargo, no todos los animales enfermos presentan lesiones testiculares”, explicó Manazza, para agregar que “se ha comprobado que hasta 70% de los carneros infectados suelen no desarrollar lesiones palpables”, con lo que el diagnóstico visual se complica.

Prevención y control en las majadas

El especialista del INTA Balcarce, Jorge Manazza, formuló una serie de recomendaciones para minimizar el impacto de la enfermedad en los rebaños.

En primer lugar, instó a no ingresar animales sin previo examen y certificado de “libre brucelosis”, además de revisar a todos los carneros al menos dos veces por año.

También, realizar un “control preservicio 60 días antes; y en establecimientos donde a la primera inspección se detectaron problemas, se recomienda realizar un segundo examen clínico postservicio, en lo posible dentro de los 30 a 60 días de finalizado”.

Manazza también sugirió eliminar a los animales con problemas, para evitar contagios, y aclaró que “con la castración, no se evita que éstos animales continúen infectados”.

Finalmente, propuso un cambio en el manejo de los machos, con preferencia de cruza con los carneritos más jóvenes, siempre separados de los adultos.

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