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Las máquinas de fabricar carne

Los ganaderos sienten que se les achican los espacios y los tiempos. Pero en esa carrera para alcanzar mayor rentabilidad aparecen nuevas herramientas

Los ganaderos sienten que se les achican los espacios y los tiempos. Pero en esa carrera para alcanzar mayor rentabilidad aparecen nuevas herramientas
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Por Infocampo

Si algo está claro es que la disputa por los espacios para producir se pelean hectárea a hectárea en tiempos en los que la decisión de cada apuesta es minuciosamente estudiada por los productores que miden cada inversión peso a peso. Presentamos aquí dos opciones para producir en forma eficiente.

Infocampo viajó hasta Concepción del Uruguay para conocer los resultados de las investigaciones de Ariel Monje, del INTA, y Alejandro Lis, de ACA. El planteo es simple, tener las madres disponibles lo antes posible para un nuevo servicio y convertir a los terneros en rumiantes a los pocos días de nacimiento. Este es el acuerdo entre ACA y el INTA para avanzar con las experimentaciones a campo con la dosificación de Ruter, el alimento suministrado a los terneros para modificar la funcionalidad ruminal y su impacto en la producción de carne. A partir de ahora trabajarán juntos durante tres años el área de ganadería de la estación experimental de Concepción del Uruguay y la División Nutrición Animal de la entidad.

De chiquito a los corrales

“El encierre inicial debe estar acompañado de un esquema eficiente que justifique económicamente a los productores el uso de mayores inversiones en insumos y que les permita competir en los márgenes brutos a mediano y largo plazo con actividades agrícolas alternativas, y aquí la alimentación de los animales es fundamental”, explica a Infocampo Ariel Monje frente a un corral donde comen de las bateas terneros de apenas cuarenta días de vida. Tradicionalmente, los animales se destetaban a los 7 meses, en la modalidad precoz a los sesenta días y ahora también puede realizarse a los treinta días de vida. “Hay que ajustar bien este paso de una dieta basada en costos bajos, como la leche materna y la pastura natural, a otro concentrado, de granos y suplementos, debido al componente negativo que es el alto costo y la baja conversión de grano en carne”, explicó el investigador.

Aquí se habla de mucho más que cambios en la alimentación, ya que la diferencia también está dada en las condiciones de vida. “Actualmente contamos en el mercado con una tecnología que mediante una adecuada composición de la dieta y un diseño ajustado de los arrancadores, que son los que impulsan a los pequeños a tomar la ración y que ayudan a este escenario diferente donde viven separados de la madre y con un alimento diferente”, señaló el creador de tecnologías ampliamente difundidas en la ganadería de los últimos años en el país.

Con una ayudita

Las etapas de implementación tecnológica requieren la construcción de corrales para los animales donde vivirán luego de separarlos de las madres. “No pueden tener menos de 25 días de vida ni pesar menos de 40 kilogramos”, explica Alejandro Lis, de ACA, médico veterinario e impulsor de la tecnología. El primer día en el lugar reciben sólo agua, al segundo comienzan a suministrarles 100 gramos del balanceado Ruter por cada uno. “Además colocamos un poco de fardos en el fondo de los comederos y el alimento arriba de éste. Ya el tercer día es primordial observar si comen, porque los índices de mortalidad pueden ser altos si no aceptan el cambio”, agregó. Transcurridos quince días los trasladan a un lote para que coman pasturas y los suplementan con dosis del balanceado hasta que cumplen treinta días. Ya destetados continúan el proceso de invernada tradicional. Lis recomendó abastecer durante este lapso agua fresca y limpia, construir comederos de 30 centímetros lineales de frente por cabeza y aplicar media sombra para refugio.

El paso de lechal a rumiante de los animales es fundamental para el desarrollo del ciclo de vida y, según Lis, esta alimentación no sólo permite acortar los tiempos sino que además convierte el rumen en un órgano eficiente debido al desarrollo papilar dorsal y ventral. “Les provee de un elevado nivel de glucógeno hepático, una adecuada glucemia y una mayor descarga de componentes enzimáticos que son los encargados de la digestión y posterior absorción de los alimentos en el intestino delgado”, detalló. Mientras tanto las madres, al no tener el animal al pie, recuperan rápidamente el estado corporal y pasan rápidamente al otro ciclo hormonal que les devuelve la capacidad de entrar en celo y alcanzar la preñez.

Por Verónica Puig

vpuig@infobae.com

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