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Los pecados de la carne

Entraron los brasileños al negocio local ¿Se vienen más compras?

Entraron los brasileños al negocio local ¿Se vienen más compras?
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Por Infocampo

Lo peor es la incertidumbre. Siempre. Y en cualquier actividad. La zozobra de un futuro con interrogantes suele actuar como un gas paralizante en el cerebro. Gracias a Brasil, eso no ocurrirá. Es más, muchas de las últimas discusiones entre el Gobierno y la producción primaria de carne en la Argentina (que peso máximo de faena, que control de precios) se diluyeron. Ahora sabemos que, parafraseando al inmortal Atahualpa Yupanqui, “las penas son nuestras… los frigoríficos son ajenos”. La foto de Carlos Oliva Funes, el manager argentino que junto con dos fondos de inversión tomó el control de Swift Argentina cuando la multinacional norteamericana decidió levantar campamento estrechando la mando de Wesley Batista, el jefe del clan familiar que desembarcó en la Argentina es todo un símbolo. Y como somos argentinos, un símbolo unido al tango: el dolor de haber sido y ya no ser. ¿Se acuerdan de la Argentina manejando el 50% del comercio mundial de carnes en la época del primer centenario? Hoy Swift Argentina factura unos u$s 150 M. Friboi u$s 800 M. ¿Dónde nos perdimos? “Es parte de la política del gobierno de Lula de internacionalizar las empresas locales”, acotó el empresario brasileño. Clarito. ¿Será por eso que Oliva Funes, ya con la nueva camiseta puesta señalara que “hay un montón de buenas oportunidades más”. ¿Un anuncio que los brasileños van por más? Porque si están pensando eso… aquí parece que hay muchos dispuestos a escuchar ofertas. Hubo un tiempo en el cual varios industriales que estaban en la exportación señalaban que “con el estado actual de nuestras plantas, lo mejor que podemos hacer es juntarnos dos o tres y poner una grande, en el norte de Santa Fe”. Hoy están en venta (¿liquidación?). No es la catástrofe, claro. Pero es un síntoma de desamparo. La falta de una estrategia global que involucre a todos: Gobierno, industriales, ganaderos, comercializadores y consumidores están dejando al negocio con el cual la Argentina se presentó al mundo (empezamos exportando carne salada) en otras manos. Más hábiles que las nuestras.

La semana pasada recordábamos que un 2 de setiembre de 1857 llegaba el primer embarque con productos artesanales al Brasil. Y a partir de entonces se conmemora el Día de la Industria Nacional.

Hoy si no nos animamos a actuar para transformarnos en ser el supermercado del mundo, sólo seremos, y esta vez definitivamente, la granja. Sin sueños. Cada vez más pobres. Y más irrelevantes.

Daniel Díaz | ddiaz@infocampo.com.ar

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