La administración macrista puso en marcha desde hace cuatro años una prueba de esta medición. En 2011, arrojó un costo de vida del 23 por ciento, cifra similar al dato de inflación de varias consultoras y diputados de la oposición.
El año pasado, la canasta alimentaria porteña tuvo una variación levemente por debajo del 30%, mientras que la de la canasta total rondó el 23 por ciento. La menor suba en 2011 se debió a la caída de los precios de la carne, publicó un matutino porteño.
Por su parte, el Indec continúa trabajando con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para poner en marcha un IPC nacional.