El alza estacional que caracteriza al último mes del año no llegó a afectar el ritmo de inflación, según el consenso de las estimaciones privadas que un día antes a la difusión de los datos del Indec dieron a conocer legisladores de la oposición, con datos obtenidos de consultoras privadas y algunos organismos oficiales de estadística del interior del país.
La suba de 1,87% del promedio de los precios al consumidor estuvo alineada con las mediciones de la mayoría de los estudios privados y con la que registró el Gobierno de la Ciudad para el área metropolitana.
Y si bien la inflación del último mes del año confirmó la desaceleración que comenzó a observarse desde el inicio de la segunda mitad del año, no sólo marcó un punto de freno de ese proceso, sino que no pudo evitar que el año terminara con un aumento promedio de 38,53 por ciento en comparación con similar período del año anterior, el cual superó en nueve puntos porcentuales al incremento que se había verificado doce meses antes.
En el caso de las mediciones entre extremos, la denominada Inflación Congreso determinó un salto del promedio de precios al consumidor en el Ciudad de 37,7 por ciento.
Se trató del incremento de precios más elevado desde la crisis de la convertibilidad, la cual disparó en 2002 un alza entre puntas de 40,9 por ciento, bajo el gobierno de Eduardo Duhalde.
Los aumentos autorizados para los pasos por los puestos de peajes, en los Precios Cuidados, cigarrillos, más la estacionalidad de enero, anticipa otro enero con alza general en torno a dos por ciento, sólo atenuada con una modesta baja del valor de las naftas.