Osvaldo Barsky es un académico, economista de profesión, rosarino y con raíces chacareras por vía materna, que se ha especializado en la investigación de la historia rural.
En los últimos días publicó
-El mismo título parece indicar una toma de posición. Se rebela aquel que está sojuzgado contra quien lo somete.
-Usted sabe cómo es el tema editorial. Originalmente le querían poner
-¿Por qué refiere a quienes se opusieron al Gobierno como “la gente”? ¿Y el resto?
-La tomamos porque fue un hecho de la realidad. Las encuestas muestran que el conflicto tuvo un apoyo masivo de la población a favor del campo. Es un dato objetivo. El campo fue visualizado como una causa justa; se defendía a un sector productivo, moderno. De ahí la gran repercusión social. El grupo de intelectuales que apoyó al Gobierno había criticado justamente esa apropiación, al igual que la de la escarapela o
-Yo diría que si hay una nota común en todos ellos (el grupo de intelectuales) y a unos cuantos los conozco bien, es su absoluto desconocimiento de la cuestión agraria. Es gente que no tiene la menor idea de cómo funciona (la actividad rural) en el presente y quiénes son sus actores sociales. Por eso junto con el Gobierno pasaron rápidamente de hablar de los terratenientes a los pooles de siembra, siempre buscando un ogro gigantesco a quien culpar. Esto es particularmente así en
-El campo se ha convertido en un sector mimado por la política y la sociedad. La pregunta es cuánto dura eso y si es amor o conveniencia.
-Yo creo que el conflicto mostró que la relación es estructural. Incluso los partidos políticos con desarrollo territorial se sensibilizaron frente a esta realidad y reaccionaron porque se quedaban sin base social. Es más, solo la cúpula del Gobierno, con un manejo muy particular del poder, de “todo o nada”, pudo llevar el conflicto como lo hizo. El caso de Córdoba es el caso más transparente, con los intendentes formando un bloque en torno al campo.
-¿Cómo está viendo a las entidades hoy?
-Creo que han quedado prendidas en la discusión de las retenciones, en vez de ir desagregadamente tema por tema con propuestas.
-Las entidades han mostrado hacer que algo no se haga. ¿Puede ahora hacer que algo se haga?
-Ese es el problema. Yo en alguna charla que tuve con gente de Aacrea siempre he insistido en que entidades de ese tipo deberían dar un paso más e involucrarse en la parte gremial. Al quedarse Aacrea, Aapresid u otras, en el plano técnico y las otras en el gremial, por un lado las gremiales son muy débiles y las otras no quieren lío, pero no hay en el medio algo más propositivo.
-Ahora las entidades gremiales parecen querer avanzar vía Congreso.
-Creo que el craso error que se está cometiendo es pedirle al Congreso que se transforme en una Secretaría de Agricultura. El Congreso tiene que estar para los grandes temas, pero la construcción del día a día hay que hacerla en
-¿Percibe que alguna entidad ha logrado sacar más ventaja que otra respecto de donde estaba el 10 de marzo?
-No sé, excepto Coninagro, creo que las otras tres han obtenido sus logros.
-Las encuestas mostraban a Buzzi y De Angelis con la mejor imagen, atrás Miguens y después Llambías. ¿Cree que CRA pasa a ocupar el lugar de SRA en el imaginario?
-En verdad CRA es la entidad más dura del campo. SRA es un grupo de presión de