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Sigue la restricción al envío de fruta a Brasil y la pera corre peligro

Por los tiempos de conservación, Argentina había pedido ingresar desde el 1 de junio. No hubo respuesta y siguen negociando.

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Por Infocampo

La restricción al ingreso de peras y manzanas argentinas a Brasil sigue en pie y parte de la producción corre peligro de perder su estado de conservación. En la última reunión bilateral, Argentina pidió que se levantara la prohibición desde el 1 de junio pero la fecha expiró ayer y el gobierno brasileño no respondió a la petición, según publicó el diario Los Andes.

Si bien los representantes del sector frutero no descartan que se pueda llegar a un acuerdo en los próximos días, también hay mucho temor por el inminente vencimiento de las peras de verano.

Raúl Aruani, gerente de la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas de Mendoza (Aspeff), explicó que “la manzana mendocina comprometida con las restricciones será comercializable al menos hasta octubre”, por lo que aún hay margen para resolver el conflicto con Brasil. Sin embargo, la pera no corre la misma suerte, ya que “está a punto de echarse a perder”.

Apurados por la situación y sin mucho margen de maniobra, los exportadores están buscando otros mercados para colocar sus productos. “Tanto los productores de manzana como los de peras están intentando establecer relaciones comerciales en otros destinos, pero sin mucho éxito. Es muy difícil que puedan cerrar un negocio en otro país porque hay muy poco tiempo y porque no somos competitivos”, señaló Aruani.

“El mercado interno tampoco es una buena opción debido a que las góndolas ya están saturadas para el consumo que existe en el país. Incluso bajando el precio de las frutas costaría venderlas”, agregó el representante de Aspeff.

Según cálculos de la Asociación, hay 200 cargas de frutas frenadas en Mendoza que esperan la nueva reglamentación fitosanitaria y la autorización de Brasil para cruzar la frontera.

Tres meses de conflicto

Brasil no permite el ingreso de peras y manzanas provenientes de Argentina desde el 25 de marzo de 2015. La prohibición se implementó a partir de la detección de carpocapsa (un gusano que ataca la fruta) en los controles sanitarios realizados en la frontera.

En esa oportunidad, el gobierno brasileño justificó su decisión aclarando que hay “tolerancia cero” para la carpocapsa, debido a que ese país está libre de la plaga.

A partir de entonces iniciaron una serie de reuniones entre funcionarios argentinos y del país vecino para intentar dar fin al conflicto. En ese marco, Brasil planteó una serie de modificaciones al actual Programa de Exportación de Manzanas, Peras y Membrillos de la República Argentina hacia el país que gobierna Dilma Rousseff y desarrollaron un sistema de mitigación de riesgo de carpocapsa que se implementaría a partir del 2016.

En un encuentro realizado en mayo en Brasilia, funcionarios de ese país establecieron el 1 de julio como fecha para levantar la restricción.

Disconformes con la decisión, los funcionarios argentinos presentes solicitaron que el levantamiento se produjera el 1 de junio para no poner en riesgo la vida útil de las peras y manzanas frenadas. Sin embargo, la petición fue rechazada.

Marcelo Costa, ministro de Agroindustria y Tecnología de Mendoza, informó que “hay nuevas reuniones programadas para esta semana y la próxima, pero Brasil todavía plantea la misma postura”.

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