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Sorgo, una buena opción para zonas con escasa disponibilidad de agua

Para buscar altos rindes es fundamental una correcta elección de la fecha de siembra, con una temperatura de suelo de 16 a 18 grados. El kilo de grano producido le demanda 8 litros menos que al maíz

Para buscar altos rindes es fundamental una correcta elección de la fecha de siembra, con una temperatura de suelo de 16 a 18 grados. El kilo de grano producido le demanda 8 litros menos que al maíz
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Por Infocampo

Con una producción en la campaña pasada, que según la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar) se ubicó en 3,8 millones de toneladas, y un estimativo para la próxima campaña de 4,1 millones de toneladas, el sorgo adquiere mayor protagonismo como cultivo insertado en la rotación agrícola, sobre todo en zonas marginales con menor disponibilidad pluviométrica, por su mejor adaptación a estas condiciones, y menor requerimiento de agua que otros cultivos para la producción de materia seca.

Como dato a tener en cuenta, para producir un kilo de materia seca, el sorgo necesita 27 litros de agua. El maíz, por su parte, para producir la misma cantidad de materia seca demanda 35 litros.

En diálogo con Infocampo, el ingeniero agrónomo Diego Maranesi, gerente comercial del semillero Argenetics, con sede en Colón, provincia de Buenos Aires, explicó que si bien el sorgo es un cultivo rústico con buena adaptación a condiciones de estrés, el uso de un paquete tecnológico ajustado incrementa las expectativas potenciales de rendimiento. “En la zona norte de la provincia de Buenos Aires, el rendimiento promedio de sorgo granífero se ubica entre 70 y 80 qq/ ha. En buenos suelos, y con adecuada tecnología de producción, esta cifra puede alcanzar los 120 qq/ha”, explicó.

Maranesi señaló que en la zona norte bonaerense se cultivan híbridos de ciclo intermedio e intermedio a largo, mientras que por una cuestión ambiental, de disponibilidad de horas de luz en el sur se implantan variedades de ciclos más cortos.

Entre sus características, esta especie tiene la capacidad de producir sustancias químicas, conocidas como taninos, que confieren al grano capacidad de defensa frente a agentes externos, como patógenos o insectos. En alimentación animal, Maranesi destacó que puede incidir en la digestibilidad del alimento.

Como estas sustancias afectan la calidad alimenticia del grano, desde el punto de vista agronómico Maranesi destacó que es aconsejable utilizar sorgos con bajo tenor de taninos condensados.

“Los sorgos con taninos deben derivarse hacia los rumiantes, y los que no contengan taninos, hacia monogástricos”, sostuvo.

En cuanto a las perspectivas del cultivo para la campaña que se avecina, el profesional señaló que con un año que presenta una de las sequías mas importantes a nivel nacional, el contexto es muy favorable para la adopción del sorgo granífero como sistema de producción de granos, en zonas marginales con baja disponibilidad pluviométrica.

Otro de los usos posibles de esta especie, según explicó Maranesi, es para la elaboración de etanol. Entre sus principales características, el sorgo produce tallos dulces, con alta concentración de azúcar.

Manejo productivo. En tecnología de producción de cultivos, el ingeniero agrónomo Eliseo Juncos, breeder de la firma, destacó la importancia de la elección de la fecha de siembra para incrementar los rindes potenciales de la especie.

El primer paso, fundamental para una buena implantación del cultivo, además de la humedad, es considerar la temperatura del suelo al momento de la siembra para favorecer una rápida emergencia. Juncos detalló que una temperatura adecuada debe ubicarse entre los 16-18 grados en los primeros 5-10 cm del suelo. Para la zona norte, estas condiciones se presentan entre fines de octubre y principios de noviembre en adelante. “Las siembras más tempranas, si las condiciones de temperatura y humedad no son adecuadas, hará que la semilla demore en germinar y quede mayor tiempo expuesta y vulnerable al ataque de insectos y patógenos”, destacó Juncos.

Dentro del rango mencionado, una fecha más temprana de siembra permitirá al cultivo acceder además a una mayor disponibilidad de radiación.

Juncos destacó que la demora en la implantación aumenta las probabilidad de aparición de plagas y enfermedades en el cultivo.

El sorgo tiene una elevada respuesta a altas densidades de siembra, según el tipo de cultivar. “En condiciones favorables, el cultivo tendrá mayor capacidad de respuesta sobre las 200.000 plantas/ha”, afirmó.

En fertilización, Junco destacó que es recomendable una aplicación de 70 a 120 kg/ha de urea en pre-emergencia y pre-floración, y de 60 a 100 kg/ha de fosfato diamónico en pre-emergencia.

En tratamientos de malezas es recomendable efectuar aplicaciones fraccionadas de atrazina, con una primera en pre-siembra, de 2 l/ha.

“De 15 a 20 días previos a la siembra, y con la perspectiva de lluvias en ese período, se asegura la penetración del herbicida”, señaló Juncos. El profesional agregó que con una aplicación de 2 l/ha de atrazina y 1 l/ha de metolacloro, ambos en pre-emergencia, se asegura un buen grado de control.

En el caso de detectarse hoja ancha con el cultivo establecido, la atrazina puede efectuar un control eficiente sobre estas malezas en sus primeros estadios de crecimiento.

Juncos estimó que el costo total del cultivo, entre siembra y cosecha, y de acuerdo al paquete tecnológico empleado, varía de 300 a 400 u$s/ha.

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