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Tendencia y novedades para sembradoras

El ingreso de fabricantes locales al mercado de exportación en una escala mayor permitió lograr importantes desarrollos tecnológicos. Alianzas entre empresas. En el análisis, aún se ven campos que tienen fallas de siembra y redundan en menores rindes.

El ingreso de fabricantes locales al mercado de exportación en una escala mayor permitió lograr importantes desarrollos tecnológicos. Alianzas entre empresas. En el análisis, aún se ven campos que tienen fallas de siembra y redundan en menores rindes.
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Por Infocampo

La conjunción entre fabricantes y productores que poseen una capacidad de observación y experiencia que les permite exigir, adaptar y sugerir modificaciones de utilidad práctica, ubica a la Argentina entre los países líderes en tecnología de siembra.

Esta realidad no implica que existan muchos aspectos a mejorar tanto en el desarrollo de nuevos equipos como en su elección y empleo para lograr mejorar. Desde el aire se siguen viendo fallas en la siembra atribuibles a una suma de factores que se traducen finalmente en menores rendimientos a los potencialmente logrables.

El ingreso de los fabricantes argentinos al mercado de exportación en una escala mayor y constante está trayendo consecuencias en los productos, así como en la relación entre las empresas. Es así que en algunos casos, como el de sembradoras, se han unido para desarrollar un producto especialmente concebido para el mercado brasileño las empresas VHB, Crucianelli y Apache.

Se combina la robustez de construcción de las máquinas brasileñas con los evolucionados trenes de siembra y dosificadores argentinos, adaptándose a las exigencias de un nuevo mercado. La tendencia en sembradoras es ir especializando las máquinas de acuerdo con la zona agroecológica en la cual deben desempeñarse.

De esta manera, en los suelos livianos y en zonas de alta temperatura donde existe una descomposición rápida de los rastrojos, las máquinas son más livianas de peso y consecuentemente requieren menos potencia al tiro. Para la provincia de Buenos Aires hace falta una máquina pesada, que pueda trabajar con altos volúmenes de rastrojo.

Los barredores de rastrojo en maíz mejoran el anclaje de las raíces de la corona del cultivo reduciendo significativamente el arranque de plantas Bt, uniformizan la profundidad evitando la aparición de plantas dominantes y dominadas con la consecuente reducción de los rendimientos.

También se está generalizando el espaciamiento variable entre filas con máquinas capaces de sembrar desde 35 centímetros (distancia mínima), pasando por 38, 42, 52, 70, o un metro. En lo que habitualmente se denomina la punta en el sector agrícola argentino hay una clara tendencia al achicamiento del espacio entre hileras, hay máquinas que hacen trigo, soja, u otros cultivos con espaciamientos desde 19 centímetros de distancia como mínimo.

El encarecimiento de las semillas está incidiendo en las máquinas, ya que se comienza a buscar aquellas que logran poner menos granos por metro, y en vez de usar el chorrillo utilicen un sistema de dosificación de mayor precisión como los de placa vertical. Eso hace que se pueda bajar la cantidad de soja sembrada por hectárea, y lo mismo sucede con el trigo.

Se requiere, para lograr finalmente un excelente planteo en el surco, trabajar sobre los sistemas de conducción de semilla desde el distribuidor al suelo, en base a diseños telescópicos con formas especiales que eviten el rebote de las semillas en su interior.

En lo que respecta a la capacidad de penetración de las máquinas se está trabajando en diseños que utilicen mejor el peso sobre los trenes de siembra, de manera de poder lograr un menor peso total y reducir la demanda de potencia requerida a la barra de tiro.

La reducción del espaciamiento requiere innovar en los dosificadores, volcándose por aquellos de desarrollo vertical. La introducción de la dosis variable incorpora los variadores hidráulicos de dosis (semilla y fertilizante) controlados electrónicamente. Los sistemas básicamente consisten en una bomba hidráulica accionada por la rueda de mando de la sembradora que acciona un motor hidráulico acoplado directamente al sistema de dosificadores. Una de las ventajas colaterales es la eliminación casi por completo de las cadenas en el tren cinemático.

Estos sistemas netamente electrónicos han planteado un nuevo desafío a la industria que se valió de alianzas con nuevas empresas especializadas en electrónica, logrando en poco tiempo el desarrollo de equipos nacionales que contemplan: variadores, monitores, sistemas de almacenamiento de la información y controladores electrónicos.

Una vez más, la pericia de los técnicos nacionales es punta de lanza para que el campo se desarrolle a plenitud.

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