En 1984 arrancó con el negocio agrícola y la construcción de su planta de silos, a la vera de la ruta que une Salto con la localidad de Rojas, en pleno corazón de la región núcleo sojera.De ese momento al presente, el crecimiento de la empresa en torno del negocio agrícola fue vertiginoso.
En manos de la familia Cucagna, liderada por Eduardo, ingeniero agrónomo, FN Semillas viene creciendo fuertemente en torno de la genética de la soja.
Las primeras producciones de semilla fiscalizada de la oleaginosa arrancaron a principio de los 90. Poco más de diez años después, en 2003, la empresa lanzaba su primera variedad vía licencias, la FN 4.10, tras la cual se fueron agregando dos de grupo de madurez III (FN 3.60 y FN 3.90).
Así, pasaron de mover un negocio de unas 60.000 bolsas de variedades de soja de primera multiplicación en 2003 (de las cuales 10.000 correspondieron a su primera variedad propia), a 100.000 bolsas en 2006 y 200.000 en 2007, con una expectativa de 250.000 bolsas de soja para la campaña 2008/09.
El portfolio de variedades lo completaron con la FN 4.25, la FN 4.85 y la FN 6.41, de muy buen posicionamiento en la Red de Rendimientos de Soja (Recso). Además, en 2007 lograron la licencia exclusiva de la Don Mario 4.800, una soja que marcó un punto de inflexión en los rendimientos del cultivo y que sigue siendo muy demandada por los productores.
“Si bien está muy difundida, comprando semilla fiscalizada el productor se asegura la pureza genética de lo que va a sembrar”, explica Eduardo Cucagna, durante la visita que Infocampo realizara a Salto, respecto de la 4.800.
Paralelamente, fueron invirtiendo en la planta, aumentando la capacidad de acopio, mejorando el procesado de semilla, armando más depósitos y nuevos laboratorios.
“Ahora estamos manejando dos proyectos muy importantes para la empresa”, dice Cucagna.
El primero de ellos es el lanzamiento de una calidad premiun de semillas de soja. “La idea es que el productor reciba una semilla de tamaño más uniforme, con un poder germinativo mínimo de 95 o 96% y un ‘cold test’ de 85/90”, explica Claudio Cucagna, gerente de Acopio de la empresa.
Eduardo Gindin, gerente de Ventas de FN, agrega que normalmente de la mesa de clasificación se obtienen semillas cuyo diámetro puede ir de los 4,25/4,75 a los 8,00 milímetros, es decir con una variabilidad de entre 3,25 y 3,75 mm entre las semillas.
La idea en el producto premiun es bajar ese rango a entre 5,5/5,5 y 7,0 mm, es decir acotar la dispersión del tamaño a 1,5 o 2,0 mm entre las semillas.
Por otra parte, la semilla se va a expender en pallets de bolsas de 25 kg versus la tradicional de 40 kg. “Se baja notablemente el costo de la logística con la semilla palletizada”, opinan al unísono los tres ejecutivos de FN.
Esta campaña 2008/09 se va a hacer el lanzamiento de la calidad premiun con las variedades FN 4.85 y FN 4.25.
“Creemos que en el mercado de semilla fiscalizada hay una demanda por acceder a una calidad diferencial”, dice Eduardo Cucagna.A futuro está prevista la posibilidad de agregar el tratamiento de la semilla con terápicos para continuar en la línea de agregación de valor a la genética.
El segundo gran proyecto de FN Semillas es el desarrollo de variedades de soja de aptitudes diferenciales.
“Cada industria tiene requerimientos distintos para la soja. Por ejemplo, una soja que no genere flatulencia es muy apreciada por la industria de alimentos para mascotas, así como una de sabor neutro más buscada por los fabricantes de hamburguesas o fiambres, o una con mayor contenido proteico por la industria de la alimentación humana”, explica el director de la empresa.
Lo cierto es que en esta línea de trabajo, la gente de FN se puso en contacto con semilleros de Estados Unidos que tienen genética de estas características diferenciales. Así FN lanzó lo que denomina “línea de alto valor”, con una soja con alto contenido de proteína, la 446F.HP (de highprotein) y otra de ultra bajo contenido de ácido linolénico, la 397.UBL.
En estos casos se trata de materiales no transgénicos, que tanto pueden ir al mercado externo como al interno, en función de las alianzas que se pueda cerrar con las distintas industrias alimentarias.
Si bien se trata de un negocio donde ya hay jugadores de gran escala, como The Solae Company, un joint venture entre Bunge y DuPont, constituye un mercado lo suficientemente grande como para que empresas medianas puedan posicionarse.
Por lo pronto, Cucagna asegura que la experiencia con la soja hi pro en la última campaña fue muy buena y que la idea es triplicar la superficie en esta 2008/09.
Incluso en el horizonte aparece la posibilidad de articular la fase de la producción con la industrialización, mediante un acuerdo con procesadores locales.
“Además vamos a lanzar una segunda hi pro pero de mayor rendimiento, con la idea de utilizarla en siembras de segunda (después del trigo o la cebada) tempranas. Es un material que en esas condiciones está a la par de las variedades comunes de mayor rendimiento”, se entusiasma el director de FN Semillas.
La estrategia de negocios de la compañía se completa con un programa propio en mejoramiento de soja, que viene trabajando desde hace cinco años.
Para tener una idea de magnitud, están con unas 1.500 líneas en testeo avanzado, incorporando entre 500 y 600 líneas nuevas cada año. En la actualidad hay quince líneas promisorias incrementándose, de donde saldrán las próximas variedades propias de FN.
La proyección del negocio resulta promisoria. En lo inmediato, la gente de FN al igual que el resto del agronegocio argentino mira al cielo esperando las lluvias para que la seca se revierta y poder arrancar con la campaña de gruesa.
Javier Preciado Patiño
