La fuerte exportación de lenguas vacunas y otras menudencias hacia Rusia ocasionan que en el mercado interno una lengua cocida y pelada se pague alrededor de 240 pesos uruguayos por kilo cuando una pulpa sin hueso, como la colita de cuadril, vale 200 pesos.
Rusia está comprando cuanta lengua bovina encuentra a su paso y está pagando US$ 5400 por tonelada y esos altos valores se reflejan en el abasto, provocando que hoy el consumidor pague una lengua bovina más cara que una pulpa sin hueso como el entrecot o la colita de cuadril, según indicó hoy un artículo del diario uruguayo El País. A esos valores, hace rato que la lengua dejó de ser considerada como una “comida de pobre”.
En el mercado local las lenguas bovinas congeladas no se pagan menos de 145 o 150 pesos uruguayos por kilo, pero el mismo producto, congelado y envasado al vacío, no se consigue en los comercios, ni en las grandes superficies a menos de 240 pesos y más, cuando un kilo de entrecot -corte valioso si lo hay- vale alrededor de 145 pesos por kilo y se consiguen colitas de cuadril envasadas al vacío a no más de 200 pesos por kilo.
Otras menudencias como los hígados bovinos, también subieron de precio porque los rusos están pagando -en los últimos negocios- US$ 1900 la tonelada.
Mientras tanto, a nivel de cortes de carne, los delanteros que llevan los importadores rusos y que se conocen como Chuck & Blade (aguja, paleta con marucha, aguja y chingolo, entre otros), hoy cotizan a US$ 4800 por tonelada.
“En la medida que hay fuertes negocios de exportación pasa que las menudencias en el abasto pegan un salto muy grande en sus precios”, explican los carniceros consultados por El País. Cuando un producto vale más en el exterior, muchas veces los frigoríficos suben los precios para desestimular el consumo interno y priorizar la exportación. Pero también se dan casos de que, a veces, la industria vuelca cortes de alto valor -caso de colita de cuadril o tapas de cuadril- a precios accesibles, porque precisan vaciar las cámaras o caen los precios en algún determinado mercado de exportación y el abasto los paga mejor, según admiten los comerciantes. De todos modos, más allá de los precios, los carniceros aseguran que el fuerte de la venta de lenguas se produce en diciembre (previo a las fiestas) y se va manteniendo a lo largo del verano, pero luego baja la demanda.
Los dos grandes mercados que tiene Uruguay para las menudencias son China y Rusia, pero hoy en el caso de las lenguas y los hígados los importadores rusos son los que están pagando mayores precios. A China se siguen enviando otros productos, como es el típico caso de los derivados del estómago bovino, como el librillo.
La demanda de Rusia está tan activa por este tipo de menudencias que hasta los mataderos chicos alinearon los precios del producto en el abasto, dicen los carniceros.
En lo que va del 2011 la Federación Rusa reiteró su liderazgo en materia de carne y volvió a convertirse en el principal destino para los cortes bovinos y especialmente para las menudencias bovinas.
Según los datos del Instituto Nacional de Carnes (INAC), hasta el pasado 25 de febrero los importadores de la Federación Rusa se llevaron 5652 toneladas peso canal, mientras que a igual fecha del 2010 habían comprado 4841 toneladas. Tanta fuerza cobraron las compras rusas que superaron a las de la Unión Europea. A este destino, a la fecha mencionada, se embarcaron 2674 toneladas peso canal cuando en 2010 se colocaron 4841 toneladas.

