Demandó decenas de encuentros en silencio desde el 2009, y finalmente, nació hace pocas semanas la Asociación de Olivicultores Familiares de San Juan, una entidad que reúne a los productores más chiquitos de la provincia, de entre 1 y 17 hectáreas y que están desperdigados en los departamentos de Pocito, Rawson, Rivadavia, Santa Lucía, Chimbas, Sarmiento, Angaco y Valle Fértil, según publicó Diario de Cuyo.
Este nuevo polo de poder aspira a fortalecer un sector de chicos que saben que al estar unidos podrán lograr ser más competitivos frente a las grandes extensiones olivícolas que hay en la provincia. “Nos falta valor agregado, la aceituna tiene precios bajos, y encima al ser tan chicos, todo quedaba en manos de otros. Al unirnos podremos crecer y acercar nuestros productos a la gente”, explicó Carlos Mol, uno de los productores.
La flamante entidad reúne a 26 olivicultores familiares y un total de 100 hectáreas, tramita su personería jurídica, “y está recibiendo un gran apoyo del Ministerio de Producción, la Secretaría de Agricultura y el INTA”, dijo Margarita Laspiur, la presidenta.
“Ahora el grupo está mas fuerte, tiene participación de jóvenes, con los hijos de los agricultores originales, y como ven, también le dio un espacio a la mujer, porque tiene varias integrantes”, agregó Clara Moyano, jefa de la agencia de extensión rural de Pocito del INTA.
Esa entidad es la que dio el empujón inicial que terminó conformando la nueva asociación ya que Moyano y el ingeniero agrónomo Alejandro Oviedo empezaron a trabajar con los productores con charlas técnicas e intercambios de experiencias con otros grupos provinciales, y con el correr del tiempo armaron un proyecto de capacitación, transferencia tecnológica, organización y articulación interinstitucional. “Nos dimos cuenta que cuando nos juntábamos todo nos salía más barato, compartimos experiencias de poda y enfermedades del olivo, después compramos fertilizantes en conjunto”, explicó el productor Juan Nicolás Sánchez.
Un gran paso como grupo fue el año pasado cuando 8 familias olivícolas elaboraron por primera vez su propio aceite, como parte de un plan piloto. Fue en la aceitera que tiene la Cooperadora del INTA, y obtuvieron 1.200 litros de extra virgen que presentan en bidones de 5 litros o envases de medio y 3 litros, con sobrias etiquetas de información al consumidor. Se llama ‘Sololiva’, aunque el nombre aún no está registrado, advirtieron. La calidad es tan buena que Agricultura lo eligió para ser comercializado en los camiones del plan “Frutas y Verduras para todos”, que en pocos días más recorrerá los departamentos vendiendo a precios económicos.
El grupo aceitero pionero donó parte del aceite (240 botellas de medio litro) a la asociación, para que de la venta se logre el primer fondo financiero de la entidad.
El próximo desafío es obtener fondos nacionales para comprar su propia fábrica de aceite (el Gobierno ya giró el proyecto a Agricultura de la Nación) y, posteriormente, el objetivo es incorporar las conservas de aceitunas, para lo cual previamente tendrán que unificar los criterios de elaboración de las distintas familias, para obtener un productor único para ser comercializado.

