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Más de US$ 1.000 M quedan tirados en los rastrojos cada cosecha

Los técnicos del instituto estiman que con buenas prácticas de manejo, para 2020 será posible aumentar la eficiencia, recuperar hasta el 20 % del volumen perdido.

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Por Infocampo

Según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), cada campaña se pierden más de 1.000 millones de dólares en la cosecha de distintos cultivos. Los especialistas del organismo estiman que para 2020, con buenas prácticas de manejo, se podría incrementar la eficiencia, recuperar hasta el 20 % del volumen perdido y ampliar el saldo exportable del país, así como los márgenes económicos de los productores.

La eficiencia de cosecha es un tema que el INTA viene estudiando desde hace décadas. De acuerdo a evaluaciones realizadas por sus técnicos en siete provincias, en la última campaña quedaron 3.815.840 toneladas de granos tiradas en los rastrojos, lo que equivale a más de US$ 1.019 millones. 

“Las pérdidas reales durante la cosecha superan los niveles de tolerancia recomendados entre un 25 y un 50 %, según el cultivo”, dijio el Ing. Mario Bragachini, coordinador de un proyecto integrador en el marco del Programa Nacional Agroindustria y Agregado de Valor del INTA.

“El desafío del INTA apunta a reducir un 20 % los valores actuales de pérdidas en los próximos tres años, lo que implicaría recuperar –al menos– US$ 204 millones anuales”, contó el ingeniero. Además de las disminuciones por pérdida física de granos, “se suma que la cosechadora es la principal responsable del daño mecánico que tiende a provocar mermas durante el almacenamiento y reduce el valor comercial de la producción”, explicó.

La base está

Tal como señaló Federico Sánchez, coordinador del Módulo de Eficiencia de Cosecha, “la tecnología necesaria para reducir las pérdidas de cosecha de granos está disponible y avanza día a día. El país mejoró el parque de cosechadoras en cantidad y calidad y posee productores y contratistas de cosecha altamente capacitados”.

Actualmente, en Argentina el 65 % del área sembrada es cosechada por contratistas que ofrecen el servicio a los productores. De este modo, “la figura del contratista especializado y tecnológicamente actualizado resulta un aliado para incrementar la eficiencia”, sostuvo Sánchez en relación con el impacto que genera el trabajo con actores públicos y privados.

Parque de maquinarias

Según un informe del Módulo de Eficiencia de Cosecha del INTA, en los últimos 15 años el parque nacional de cosechadoras creció un 45 % y se actualizó en un 24 %: el promedio de envejecimiento de las máquinas se redujo de 11,5 años en 2002 a 8,7 años en 2017.

Hoy, hay en circulación 26.164 cosechadoras en el país frente a las 18.000 que había en 2002. José Peiretti, especialista del INTA Salta, afirmó que “el 38 % del parque de cosechadoras está formado por modelos axiales que cosechan casi el 60 % del área sembrada y permiten una trilla más suave y progresiva”.

Peiretti afirmó que “el 8 % del parque ya está equipado con cabezales draper que otorgan una gran ventaja a la hora de cosechar soja, trigo, cebada y otros cultivos como colza, garbanzo y porotos, reflejada en una mayor capacidad de trabajo de la máquina y en una trilla con más calidad de grano”.

La maquinaria usada en el país para recolectar cultivos graníferos genera un volumen anual de comercialización de casi US$ 400 millones. “A esta cifra, deben añadirse las ventas de acoplados tolvas autodescargables, tractores, cabezales maiceros y girasoleros, drapers, tanques de combustible, talleres rodantes y casillas que, sumadas, representan casi el 50 % de la inversión en maquinaria del mercado interno y posicionan a este rubro como el más importante”, detalló, Bragachini.

Buenas prácticas, grandes beneficios

“La metodología de medición de pérdidas es una acción que, en la mayoría de los casos, tiene un costo ‘cero’ y repercute notablemente en los márgenes de la actividad”, aseguró Gastón Urrets Zavalía, especialista del INTA Manfredi. Por eso, recomendó que los productores refuercen la adopción de buenas prácticas y el seguimiento de los lotes. Según el técnico, la mejora de la eficiencia de cosecha no sólo genera beneficios inmediatos como el aumento de la cantidad de granos, sino que resulta estratégica para la siembra posterior. “Una buena siembra directa comienza en la cosecha, aplicando un esquema de manejo dentro del lote y ajustando adecuadamente los equipos”, destacó.