En un escenario donde la agricultura enfrenta el desafío de producir más con menos, la articulación entre ciencia y tecnología nacional demuestra su potencial transformador.
El convenio INTA–Crucianelli–Leaf Agrotronics llevó del laboratorio al campo una innovación que ya siembra más de 1,2 millones de hectáreas en todo el país: el sistema de corte línea a línea universal, un mecanismo que optimiza la siembra y marca un nuevo estándar en eficiencia agronómica.
“El desarrollo surge de una necesidad concreta detectada por nuestros ensayos de siembra: la superposición de semillas en cabeceras e irregularidades del terreno”, explicó Hernán Ferrari, investigador del INTA Concepción del Uruguay en Entre Ríos y coordinador técnico del Convenio INTA–Crucianelli–Leaf Agrotronics.
“Esa sobresiembra no solo implica desperdicio de insumos, sino también competencia entre plantas y pérdida de rendimiento. Era un problema silencioso, pero constante”, manifestó el investigador.
El diagnóstico del INTA fue el punto de partida para una respuesta tecnológica de alto impacto. Crucianelli y Leaf Agrotronics diseñaron un sistema capaz de interrumpir la dosificación de semillas de manera independiente en cada línea, evitando solapamientos y mejorando la distribución espacial.
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“La precisión de corte línea a línea nos permite sembrar solo donde corresponde, optimizando cada metro del lote”, remarcó Ferrari.
SIEMBRA CON RESULTADOS CONTUNDENTES
Lo destacado es que la tecnología se incorporó de serie a todas las sembradoras de Crucianelli sin incrementar el precio final, lo que garantiza el acceso equitativo a todos los productores.
“Esa decisión fue clave. Democratizar la innovación es lo que convierte a este avance en una herramienta de soberanía tecnológica y productiva”, agregó el especialista del INTA.
Durante la campaña 2024, los ensayos realizados por la red experimental del INTA mostraron resultados contundentes: un ahorro de semillas de entre un 5 y un 10 % y un incremento de rendimiento de entre el 4 y el 18 %, según lote y topografía.
En los lotes más pequeños o quebrados, donde las maniobras de siembra son más frecuentes, los beneficios fueron aún mayores.
“El sistema mostró su mejor desempeño en zonas del centro y noreste argentino, donde las irregularidades del terreno suelen provocar más solapamientos”, puntualizó Ferrari.
AHORRO Y FORTALECIMIENTO
Además del ahorro directo, el sistema reduce el desgaste de los dosificadores en un 15 % promedio y disminuye el consumo de combustible. “Cada línea que se corta a tiempo no solo ahorra semillas, también cuida el ambiente y disminuye el esfuerzo mecánico, extiende la vida útil de los dosificadores en un 15 por ciento en promedio”, destacó el entrevistado.
“Además, reduce el consumo energético del sistema de transmisión. A su vez, al evitar sobreaplicaciones y duplicaciones, contribuye a consumir menos combustible por hectárea trabajada”, ponderó Ferrari.
En términos agronómicos, la mejora en la uniformidad de emergencia y la distribución espacial de plantas genera cultivos más equilibrados, con competencia reducida y mejor aprovechamiento de agua, luz y nutrientes.
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“El verdadero valor del sistema no está solo en los números, sino en su impacto sobre la sustentabilidad y la equidad productiva. Desde la ciencia buscamos que cada avance llegue al campo y mejore la vida de los productores”, sostuvo el especialista.
En este punto, el investigador agregó: “Cada línea que se corta a tiempo es una línea que siembra futuro. Argentina tiene la capacidad de innovar, de producir y de liderar el camino hacia una agricultura más eficiente. Y lo estamos haciendo desde la ciencia y la industria nacional”, concluyó Ferrari.

