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En una campaña que se vislumbra con desafíos como la falta de agua y márgenes ajustados, especialistas del sector y productores analizaron las variedades de soja que mejor se adaptan al oeste de la provincia de Buenos Aires.
El consultor privado Héctor Baigorri señaló que, para la próxima campaña, los productores deberán ser prudentes a la hora de desplegar los bloques de siembra: “Hemos salido de una cosecha con temperaturas muchos más bajas que el promedio, un otoño muy lluvioso, heladas tarde, sequías en diciembre, heladas tempranas y más sequía en marzo. Los perfiles están con carga menor a la habitual”, afirmó.
El consultor destacó el rol fundamental que tendrá en esta campaña la napa freática, porque los actuales niveles hídricos se encuentran por debajo de sus cifras normales. “En el caso de disponer de napas freáticas deben aprovecharse, en especial porque brindan ventajas para las fechas de siembra tempranas”, sostuvo.
En este contexto, el especialista recomendó el uso de variedades de grupos III, con un ciclo de maduración más rápido. Baigorri señaló que estos grupos, en un buen ambiente, tendrán un rendimiento mayor.
Con una baja de calidad en el ambiente, explicó que el uso de variedades del grupo IV largo puede conducir a una disminución en los rendimientos. “Con menor calidad ambiental conviene comenzar con ciclos largos, que crecen más tarde, e ir pasando a los grupos cortos”, afirmó el profesional.
Doria Turchi, especialista en soja de SPS, presentó los resultados de un ensayo efectuado en Trenque Lauquen, en donde buscaban demostrar qué variedades se adaptaban mejor a determinados ambientes.
Con fecha de siembra el 5 de enero, Turchi destacó que durante el ensayo se presentaron problemas de implantación e inconvenientes con suelos fríos. Se utilizaron dos densidades de siembra y dos espaciamientos:
“Los mejores resultados se observaron con las variedades SPS 4×0 RR y SPS 3900 RR”, explicó el especialista.
Con respecto a estas dos variedades, Julio Mattia, responsable de cultivo de SPS, afirmó que la 3900 es una de las de mayor estabilidad y potencial de rinde del grupo III largo. Su ciclo de maduración es de 134 días.
Por su parte, la 4×0, del grupo IV corto indeterminado, es de alto potencial de rinde y porte más arbustivo. Su ciclo de maduración es de 136 días. Para la zona oeste, el profesional destacó que la densidad de siembra recomendada, en ambas variedades, es de 30/35 plantas/m2.