La firma brasileña Agrenco, que tiene su foco de negocio en el traiding de commodities, enfrenta una compleja situación financiera desde que, a fines de junio, sus tres mayores accionistas, Antonio Iafelice, Antonio Augusto Pires Jr. Y Francisco Ramos, fueran detenidos por la policía de Brasil, acusados de desvío de dinero y operaciones fraudulentas.
Pocas semanas después la compañía entró en cesación de pagos a sus acreedores. Según estimaciones preliminares, tendría un rojo en sus números contables de u$s660 millones.
Al mismo tiempo, la Bolsa de Valores de San Pablo (Bovespa) decidió dar de baja en el panel financiero a la cotización de sus acciones.
El año pasado la firma había captado en el mercado de capitales alrededor de u$s360 millones, gracias a la venta de un paquete minoritario de sus acciones. Gran parte de este dinero fue destinado para pagar un crédito que tenía con el banco Credit Suisse, que fue el colocador de la oferta. También parte de estos fondos fueron utilizados como capital de giro.
Agrenco comenzó a mostrar problemas económicos a principios de este año, cuando algunos de sus acreedores comenzaron a tener problemas para cobrar. A raíz de esta situación, la Justicia de Brasil comenzó una investigación que derivó en la detención de sus mayores accionistas, entre ellos, el presidente de la compañía, Antonio Iafelice.
Desde que estalló el escándalo, la situación de la empresa fue de mal en peor. Ahora su operatoria está totalmente paralizada y muchos de sus operarios, entre ellos, personal jerárquico, abandonaron la firma.
Ahora se especula si los directivos que quedaron al frente de las negociaciones con los numerosos acreedores conseguirán, ante la Justicia de Brasil, la recuperación judicial, figura similar a la convocatoria de acreedores.
Hoy el JP Morgan está trabajando, contratado especialmente por los directivos de la firma para reestructurar y vender la empresa.
En este último punto es importante detenerse, ya que el JP Morgan está manteniendo extensas negociaciones con distintos grupos económicos, pero éstas, por el momento, no están avanzando todo lo esperado.
Según trascendió, las firmas interesadas en comprar Agrenco son Louis Dreyfus (LDC), Noble y Glencore. Incluso en un comienzo LDC tuvo exclusividad en las negociaciones, y se especulaba fuertemente que la multinacional había adquirido el paquete accionario de la firma y sanearía su pasivo. Finalmente, y por el momento, ninguna firma avanzó en la compra de Agrenco, y su situación financiera continúa siendo muy complicada.
Según explican, lo ideal sería que antes de conseguir la recuperación judicial la firma tuviera que encontrar un firma compradora e incluso cerrar la operación para generar mayor confianza en el mercado y en sus acreedores.
Agrenco estaba llevando adelante un ambicioso proyecto para incursionar fuertemente en la producción de biodiésel y en la molienda de soja.
El proyecto apuntaba a construir tres plantas de biodiésel en Brasil, que producirían en total unos 400.000 litros por año. Esta inversión iría de la mano de la construcción de dos plantas de crushing para sostener el emprendimiento.
En lo que respecta a la Argentina, la firma, comenzó a operar relativamente hace poco, en 2006, y también estaban llevando adelante un proyecto con el que apuntaban a mover tres millones de toneladas en el área de Paraguay y la Argentina.
Al mismo tiempo, la firma invertiría fuertemente en logística con la construcción de seis terminales en las localidades de Posadas (Misiones), Salto y Rojas (Bs.As.), Basavilbaso, Villa Domínguez y Villaguay (Entre Ríos).
Globalmente, el grupo factura alrededor de u$s400 millones anuales, opera en 30 países, y cuenta con alianzas estratégicas con grandes firmas con las que tenía planeado seguir creciendo en la comercialización de commodities.
Ante este nuevo panorama, la situación cambió radicalmente; su mayor problema a sortear es que el 80% de su deuda vence en el corto plazo, incluso, algunos de sus acreedores optaron por tomar buques cargados con granos que le pertenecían a la compañía.
Agrenco apuntaba a ser una de las líderes en su segmento, pero ahora todo parece indicar que será absorbida por otra gran empresa, que intentará sanear su pasivo y el escándalo.
Yanina Otero
