El fallo que ordenó abonar los u$s1.330 millones reclamados por los holdouts puede complicar el ya de por sí apretado cronograma de pagos que la Argentina tiene por delante para los próximos cinco años, según publica Infobae.
Antes de la sentencia del juez Thomas Griesa, el país debía abonar u$s101.900 millones hasta 2019. Ahora, la decisión del magistrado podría llevar esa cifra hasta casi 117.000 millones si se da el peor de los escenarios posibles: que todos los bonistas que ingresaron al canje de deuda consigan que se les reconozca el derecho a cobrar lo mismo que los holdouts.
Los compromisos más difíciles se acumulan para el país en los próximos treinta meses. Según publica el diario Clarín, en lo que queda del año, el Estado nacional debe desembolsar u$s10.400 millones: u$s2.300 en junio, u$s1.200 en julio, u$s900 en agosto, u$s1.700 en septiembre, u$s1.100 en octubre, u$s800 en noviembre y u$s2.400 en diciembre. En 2015, esa cifra se elevará a u$s20.100 millones. En 2016, cuando ya esté en funciones el nuevo Gobierno, los compromisos alcanzarán el que, por ahora, es su pico máximo: u$s24.300 millones.
A partir del año siguiente, la cifra empezará a decrecer de manera paulatina. En 2017, habrá que pagar u$s19.900 millones. En 2018, u$s15.500 millones y en 2019, otros u$s11.700 millones.