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Convirtió la casa de su campo en una tapera porque le robaron 5 veces en 4 años

Otro caso de inseguridad rural en Santa Fe: Lorena Marengo fue víctima de diversos delitos rurales y advierte que no tiene respuesta de las autoridades. Señala que se quedan sin empleados porque la gente vive con temor.

Carola Urdangarin
Por Carola
Urdangarin

Por la frecuencia, la intensidad y la organización de los hechos, la inseguridad rural pasó a ser una preocupación importante para muchos productores agropecuarios.

Es el caso de los que viven y trabajan en la zona de Totoras, provincia de Santa Fe, que levantaron la mano hace algunas semanas ante los últimos casos

Uno de ellos fue en el campo familiar de Lorena Marengo, que ocurrió la noche del miércoles 16 de noviembre durante un corte de luz.

“Como no es la primera vez que nos pasa, ya tenemos instalado un sistema de alarmas y cámaras y los ladrones calcularon que, sin electricidad, las baterías se descargarían, por eso eligieron ese momento”, explica.

Hartos, tomaron una decisión drástica: la casa en la que habían vivido más de dos generaciones de la familia de su esposo, fue convertida en una tapera. Imposible soportar más robos, tras haber sufrido cinco en cuatro años

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EL PROBLEMA DE LA INSEGURIDAD

Es fonoaudióloga pero desde hace un tiempo, con su familia, se hicieron cargo del campo. Como productora, admite que ni ella ni sus pares están lo suficientemente preparados para lidiar con la inseguridad: “Los productores somos muy fuertes en muchas cuestiones pero en esto, lamentablemente, empezamos a tomar experiencia y a preparar los campos para prevenir estos hechos”. 

Al menos habla de los de su zona, que incluye no solo Totoras sino también otras localidades como Salto Grande y Colonia Medici.

“Son pueblos que se nutren del campo y están siendo totalmente vulnerados y castigados por el delito, sin ver ningún signo de voluntad política de ningún Gobierno para resolverlo”, lamenta.

Sí mantienen una relación cercana con “Los Pumas” -la Policía Rural de la provincia- y admiten que los conocen por su nombre y siempre les atienden el teléfono.

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Sin embargo, remarca que -a pesar de la buena voluntad, que agradecen- la guardia rural cuenta con escasos recursos.

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“Le pido al Gobierno provincial que les dé móviles, nuevas centrales y destacamentos para que puedan hacer base y estar más cerca, porque ocurre que cuando los llamamos, como se trata de distancias grandes, llegan tarde a asistir al productor víctima de delitos. Ahora hay mucha sequía, pero cuando llueve la transitabilidad por los caminos se les hace muy difícil y estamos desamparados. Hoy hacen mucho con poco”.

UNA FISCALÍA PARA LOS DELITOS RURALES

También reclaman al Estado la creación de una Fiscalía de Delitos Rurales.

Marengo explica que “antes el delito rural era algo aislado o puntual, ahora es mayor al delito urbano, si lo medimos en proporción de población”, y cuenta que su caso está en la Fiscalía de San Lorenzo y que cuenta con el teléfono de las oficinas; sin embargo, admite llamar tres o cuatro veces por día sin recibir respuestas.

“Mi angustia es la de muchos otros productores, porque parecería que no pasa nada y lo terminamos resolviendo nosotros. El delito está organizado y los ladrones saben lo que están haciendo, por eso cada robo implica grandes pérdidas que muchos productores no pueden reponer nunca más”, sostiene.

Una de las pérdidas más grandes que advierten es la de personas que deciden dejar de trabajar en el campo o mudarse a las ciudades para no habitar tierra de nadie.

“Como cualquier empresa, las agropecuarias dependen de los empleados. Muchos de ellos nacieron y crecieron en el campo, pero entran en terror con estos casos y deciden mudarse a los pueblos para vivir en otras condiciones junto a su familia. Todo esto ha provocado un movimiento humano y económico de una envergadura que todavía no dimensionamos pero que tiene un gran impacto”, marca.

UN DESTACAMENTO PARA LA POLICÍA

Además de reclamar por recursos para la guardia rural santafesina y pedir la creación de una fiscalía de delitos rurales, Marengo se animó a hacer una propuesta concreta: envió una nota al Ministerio de Seguridad de la Provincia para ceder una esquina de su campo -que está en un cruce de rutas interesante- con acceso a electricidad y un tramo de asfalto hasta el ingreso.

¿El propósito? Montar ahí un destacamento, una garita o una oficina hecha con contenedores, para hacer una base más cercana a la zona donde se están haciendo frecuentes los hechos de inseguridad.

Todavía no obtuvo ninguna respuesta pero, por su tranquilidad y la de sus vecinos, espera poder poner su propiedad privada al servicio de las fuerzas locales. 

guardia rural santa fe los pumas

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