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El corazón agropolítico

El denominador común es rescatar al 2005 como un año positivo para el sector y un 2006 que puede ser también de ganancias.

El denominador común es rescatar al 2005 como un año positivo para el sector y un 2006 que puede ser también de ganancias.
infocampo
Por Infocampo

Con sus matices, desde el Ejecutivo Nacional (la Secretaría de Agricultura), el Parlamento (la estratégica Comisión de Agricultura de Diputados de la Nación) y las entidades gremiales, el denominador común es rescatar al 2005 como un año positivo para el sector y un 2006 que puede ser también de ganancias. Es lo que surge a primera vista de las opiniones que mostramos en estas páginas. El resto de las conclusiones se las dejamos a los lectores. Lo que queda claro, también, es la necesidad de un mayor protagonismo político para el sector que contribuyó decisivamente a que la Argentina no descendiera (aún más) a los infiernos. No es una tarea fácil. Y tampoco se construye de un día para el otro. Pero sí es necesaria. Un proyecto nacional todavía está pendiente.

Daniel Díaz

Balance y expectativas

El año 2005 fue un buen año para el sector. Esa es la sensación de nuestros productores agropecuarios, y sus familias, que son nuestra base de sustentación. Las ventajas del tipo de cambio alto, los precios internacionales, la calidad de los commodities y alimentos argentinos, el aumento del consumo interno, junto a la modernización, eficiencia y capacidad de nuestro sector productivo ayudó una vez más al mantenimiento de la estructura estatal nacional, provincial y municipal. Además de haber sido el sostén de los planes sociales, y del pago anticipado al Fondo Monetario Internacional. Como saldo negativo la falta de diálogo con los ministros de Economía, la incapacidad de tener una Secretaría del sector representativa, y la necesidad de construir un poder más sólido junto al Presidente de la Nación siguen siendo la gran materia pendiente. Para el 2006 esperamos que en el tema retenciones la contemplación de algunos cultivos regionales o tradicionales, como es el caso del maíz. Esperamos la puesta en marcha definitivamente de un Plan Ganadero Nacional, y la sanción de normas que den previsibilidad, modernidad y futuro a nuestro sector como la ley de biocombustibles, o la reglamentación del derecho a la propiedad intelectual para los eventos biotecnológicos. Queremos en el 2006 discutir la política tributaria en general. Todo esto no será posible si no somos capaces de superar el individualismo. Como dice nuestro presidente del Grupo Pampa Sur, Miguel Saredi, “si no nos decidimos a construir nuestro Proyecto Nacional en base al sector que le dio razón de ser a nuestra Patria, si seguimos negando nuestro pasado, la tierra de nuestros antepasados y de nuestros padres, todo futuro para nuestra descendencia será inconducente y vacío”.

María del Carmen Alarcón Presidenta Comisión Agricultura de Diputados

Agenda de trabajo

El principal objetivo de la SAGPyA es, hoy, comprometernos para que el desarrollo productivo signifique más inclusión social. En 2006 continuaremos promoviendo acciones que consoliden ese compromiso. La sanidad animal será uno de los ejes de trabajo. Somos una región libre de Fiebre Aftosa, con y sin vacunación, a pesar de los focos aparecidos en Mato Grosso (Brasil). Somos libres de Peste Porcina Clásica; de Newcastle, de Gripe Aviar y de BSE. Debemos concientizarnos acerca de la competitividad que representa, para nuestro país y los del Mercosur ampliado (con Bolivia y Chile), ser una “región de carnes sanas” para el mercado mundial. El apoyo a la biotecnología es otro punto. A la liberación de eventos transgénicos, en 2005 la SAGPyA sumó la aprobación del primer tambo transgénico del país para producir la hormona de crecimiento humano directamente en la leche vacuna, y permitir así el acceso a este medicamento a más personas por un menor costo. Las “cocinas-fábrica” son un gran desafío. La Argentina cuenta con alimentos de calidad y nuestra destreza humana permite la justa combinación de materia prima y elaboración, favoreciendo la generación de trabajo genuino llevando al mundo platos de base artesanal y alto valor agregado. Impulsaremos la puesta en marcha de una Agencia Nacional de Desarrollo de Áreas Rurales (ANDAR), reuniendo tanto los programas de la SAGPyA, como los que provenien de otras áreas de gobierno. A esto vincularemos la transformación del PROSAP en una Agencia de Inversiones para el Desarrollo Agropecuario (AIDA). El objetivo es, en definitiva, contribuir a la reconstrucción de las capacidades del Estado como agente promotor del desarrollo integral de las áreas rurales. Ese es nuestro norte.

Miguel S. Campos

Secretario de Agricultura de la Nación

Control de precios, pero en forma transitoria

En 2005 se ha visto jaqueada la rentabilidad del productor. Los problemas climáticos, el alza de los insumos y el aumento de la presión impositiva afectaron a la producción. Por otro lado, cerramos un año con la reapertura del diálogo a partir del cambio de ministro de Economía, lo que crea una expectativa. También con una cosecha de 84 M/t, con un aumento respecto al ciclo 2003/2004 muy importante, pero con bajas significativas previstas para el trigo y maíz. En trigo, se espera una merma de 17 a 12 M/t y otro tanto ocurre con el maíz. También, tenemos las economías regionales en crisis: los limones, por ejemplo, están muy bien en su faceta exportable, pero mal en el mercado interno. El sector tenía expectativas sobre China, pero el país asiático no volvió con la demanda.

El año también termina con la ronda de Hong Kong, que no ha dado los resultados que querían los países del Mercosur. En el área ganadera, la reaparición de la aftosa en Brasil y su peligro latente. Además, la necesidad de abastecer los nuevos mercados externos y el interno, a partir de políticas a mediano y largo plazo. Ha habido también perspectivas de aumento de impuestos provinciales y es otro tema que nos preocupa muchísimo. Para 2006, queremos que se entienda que hay que organizarse y ganar nuevos mercados, para tener una economía creciente y trabajo. Consideramos que una política de precios máximos debe ser transitoria y debe ser reemplazada por políticas productivas.

Mario Llambías

Presidente de CRA

El denominador común es rescatar al 2005 como un año positivo para el sector y un 2006 que puede ser también de ganancias.
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Por Infocampo

Con sus matices, desde el Ejecutivo Nacional (la Secretaría de Agricultura), el Parlamento (la estratégica Comisión de Agricultura de Diputados de la Nación) y las entidades gremiales, el denominador común es rescatar al 2005 como un año positivo para el sector y un 2006 que puede ser también de ganancias. Es lo que surge a primera vista de las opiniones que mostramos en estas páginas. El resto de las conclusiones se las dejamos a los lectores. Lo que queda claro, también, es la necesidad de un mayor protagonismo político para el sector que contribuyó decisivamente a que la Argentina no descendiera (aún más) a los infiernos. No es una tarea fácil. Y tampoco se construye de un día para el otro. Pero sí es necesaria. Un proyecto nacional todavía está pendiente.

Daniel Díaz

Balance y expectativas

El año 2005 fue un buen año para el sector. Esa es la sensación de nuestros productores agropecuarios, y sus familias, que son nuestra base de sustentación. Las ventajas del tipo de cambio alto, los precios internacionales, la calidad de los commodities y alimentos argentinos, el aumento del consumo interno, junto a la modernización, eficiencia y capacidad de nuestro sector productivo ayudó una vez más al mantenimiento de la estructura estatal nacional, provincial y municipal. Además de haber sido el sostén de los planes sociales, y del pago anticipado al Fondo Monetario Internacional. Como saldo negativo la falta de diálogo con los ministros de Economía, la incapacidad de tener una Secretaría del sector representativa, y la necesidad de construir un poder más sólido junto al Presidente de la Nación siguen siendo la gran materia pendiente. Para el 2006 esperamos que en el tema retenciones la contemplación de algunos cultivos regionales o tradicionales, como es el caso del maíz. Esperamos la puesta en marcha definitivamente de un Plan Ganadero Nacional, y la sanción de normas que den previsibilidad, modernidad y futuro a nuestro sector como la ley de biocombustibles, o la reglamentación del derecho a la propiedad intelectual para los eventos biotecnológicos. Queremos en el 2006 discutir la política tributaria en general. Todo esto no será posible si no somos capaces de superar el individualismo. Como dice nuestro presidente del Grupo Pampa Sur, Miguel Saredi, “si no nos decidimos a construir nuestro Proyecto Nacional en base al sector que le dio razón de ser a nuestra Patria, si seguimos negando nuestro pasado, la tierra de nuestros antepasados y de nuestros padres, todo futuro para nuestra descendencia será inconducente y vacío”.

María del Carmen Alarcón Presidenta Comisión Agricultura de Diputados

Agenda de trabajo

El principal objetivo de la SAGPyA es, hoy, comprometernos para que el desarrollo productivo signifique más inclusión social. En 2006 continuaremos promoviendo acciones que consoliden ese compromiso. La sanidad animal será uno de los ejes de trabajo. Somos una región libre de Fiebre Aftosa, con y sin vacunación, a pesar de los focos aparecidos en Mato Grosso (Brasil). Somos libres de Peste Porcina Clásica; de Newcastle, de Gripe Aviar y de BSE. Debemos concientizarnos acerca de la competitividad que representa, para nuestro país y los del Mercosur ampliado (con Bolivia y Chile), ser una “región de carnes sanas” para el mercado mundial. El apoyo a la biotecnología es otro punto. A la liberación de eventos transgénicos, en 2005 la SAGPyA sumó la aprobación del primer tambo transgénico del país para producir la hormona de crecimiento humano directamente en la leche vacuna, y permitir así el acceso a este medicamento a más personas por un menor costo. Las “cocinas-fábrica” son un gran desafío. La Argentina cuenta con alimentos de calidad y nuestra destreza humana permite la justa combinación de materia prima y elaboración, favoreciendo la generación de trabajo genuino llevando al mundo platos de base artesanal y alto valor agregado. Impulsaremos la puesta en marcha de una Agencia Nacional de Desarrollo de Áreas Rurales (ANDAR), reuniendo tanto los programas de la SAGPyA, como los que provenien de otras áreas de gobierno. A esto vincularemos la transformación del PROSAP en una Agencia de Inversiones para el Desarrollo Agropecuario (AIDA). El objetivo es, en definitiva, contribuir a la reconstrucción de las capacidades del Estado como agente promotor del desarrollo integral de las áreas rurales. Ese es nuestro norte.

Miguel S. Campos

Secretario de Agricultura de la Nación

Control de precios, pero en forma transitoria

En 2005 se ha visto jaqueada la rentabilidad del productor. Los problemas climáticos, el alza de los insumos y el aumento de la presión impositiva afectaron a la producción. Por otro lado, cerramos un año con la reapertura del diálogo a partir del cambio de ministro de Economía, lo que crea una expectativa. También con una cosecha de 84 M/t, con un aumento respecto al ciclo 2003/2004 muy importante, pero con bajas significativas previstas para el trigo y maíz. En trigo, se espera una merma de 17 a 12 M/t y otro tanto ocurre con el maíz. También, tenemos las economías regionales en crisis: los limones, por ejemplo, están muy bien en su faceta exportable, pero mal en el mercado interno. El sector tenía expectativas sobre China, pero el país asiático no volvió con la demanda.

El año también termina con la ronda de Hong Kong, que no ha dado los resultados que querían los países del Mercosur. En el área ganadera, la reaparición de la aftosa en Brasil y su peligro latente. Además, la necesidad de abastecer los nuevos mercados externos y el interno, a partir de políticas a mediano y largo plazo. Ha habido también perspectivas de aumento de impuestos provinciales y es otro tema que nos preocupa muchísimo. Para 2006, queremos que se entienda que hay que organizarse y ganar nuevos mercados, para tener una economía creciente y trabajo. Consideramos que una política de precios máximos debe ser transitoria y debe ser reemplazada por políticas productivas.

Mario Llambías

Presidente de CRA

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