El ministro de Agricultura afirmó que ese “proyecto se puso en marcha en 2003 y sentó las bases de una Nación que se levantó de las ruinas y después de casi once años está de pie”, según publicó Télam.
El ministro dijo en declaraciones a Télam que “en el campo argentino estamos llevando adelante un proceso visibilización de quienes antes no accedían a las políticas del Estado”.
En este sentido destacó las herramientas de inclusión social implementadas por el Gobierno para el sector agropecuario, como el Monotributo Social Rural, que brinda un sistema integrado de seguridad y obra social para el grupo familiar primario, facilitando y promoviendo el ingreso de los agricultores familiares a la economía formal.
“Los beneficiarios acceden a una jubilación, cobertura de una obra social para el productor y su grupo familiar”, afirmó Casamiquela, al tiempo que sostuvo que “este proyecto de país que construimos entre todos logró 6 millones de puestos de trabajo genuino, reducción del desempleo a un solo dígito y la inclusión de miles de argentinos a un modelo de inclusión que nadie puede desconocer”.
En el caso del monotributo para el sector agropecuario, el titular de Agricultura remarcó que “esta medida para productores que antes eran anónimos, forma parte de políticas públicas de inclusión para los agricultores familiares que también incluye la creación del Registro Nacional de la Agricultura Familiar (Renaf)”.
El ministro resaltó que hay una decisión del Estado de impulsar las economías regionales, de generar valor agregado en origen y promover el arraigo de los productores.
“Los pueblos del interior son ejemplo de la transformación de la Argentina, a partir de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, que permitieron que este país pudiera salir de la crisis terminal que sufrimos en 2001”, dijo.
En contraposición, destacó los fondos entregados al desarrollo de las economías regionales como el desarrollo rural, la agricultura familiar, el fomento a la actividad caprina, ovina y al sector lechero en su conjunto, y aquellos destinados a paliar las consecuencias sufridas por productores afectados por emergencias climáticas.
Mencionó en tal sentido el programa Prohuerta, del INTA, en el que están organizadas 690.000 huertas familiares asistidas técnicamente y con semillas, que permiten a 3,5 millones de personas vivir de su producción.

