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En Santiago del Estero, los eucaliptos y la caña de azúcar agregan valor y cuidan el ambiente

En la zona de Bandera, el productor Pablo López Anido apostó a estas dos producciones, con las que consigue un aporte de alto volumen de biomasa para uso energético, captura de carbono y mejorar el estado de los suelos

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Por Infocampo

En Santiago del Estero, un productor de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) buscó alternativas para generar carbono, energía y agregado de valor.

En este punto, exploró alternativas para salir de los modelos productivos tradicionales de la provincia y apostó a la producción forestal y la caña de azúcar.

De esta manera, consigue un aporte de alto volumen de biomasa para uso energético, captura de carbono y mejorar el estado de los suelos.

En la zona de Bandera, al sur de la provincia, el productor Pablo López Anido planificó la actividad forestal a partir de plantaciones de eucaliptos. Se trata de una planta que con su potencial de rápido crecimiento, le permite generar bionergía con chips o pellet.

En un período de dos años, estos árboles pueden llegar a alturas de 4 a 5 metros y además cuentan con raíces de hasta dos metros de profundidad. Esta cualidad les permite, en una zona de napas, cumplir con una función reguladora de los niveles freáticos, sobre todo en época de lluvias donde son comunes los anegamientos.

El INTA Castelar jugó un rol protagónico en este planteo, tanto en la adquisición de los ejemplares como el asesoramiento agronómico. Con este fin, se evaluaron dos clones del híbrido E. grandis y E. camaldulensis desarrollados por el INTA Concordia.

El primero ofrece una mejor aptitud para bioenergía y el segundo es multipropósito (energía y madera de calidad) y ofrece mayor versatilidad al productor.

PRUEBAS A CAMPO

Desde el INTA explicaron que durante un año se evaluó la adaptación de los clones a la zona y se testeó su implantación a distintas densidades.

“Hasta el momento observamos un buen comportamiento sanitario y niveles de crecimiento comparables a la región mesopotámica central, lo cual es prometedor. También se identificó el  genotipo más sensible a vuelco o heladas”, señaló Ana Maria Lupi del, INTA.

En lo que refiere al uso para bioenergía, la producción en general comienza a edades tempranas, de acuerdo a como se planifique la plantación.

“Aunque actualmente no es rentable en comparación con otras fuentes de energía, creo que es importante estar preparado ante la muy posible evolución de la realidad energética, que podría hacer de ésta una opción viable a futuro”, afirmó López Anido.

Con respecto al agregado de valor, destacó que este tipo de producciones forestales son una buena alternativa cuando se destinan a la industria del aserrado. En este apartado se destacan rubros como la carpintería rural y la construcción, que generan a su vez más empleo para atender las actividades en el ciclo de cultivo.

El productor también incursiona en algarrobo, una especie multipropósito de valor comercial en el mercado maderero y que provee una madera maciza que también puede ser empleada como fuente de leña y carbón, frutos aptos para el consumo humano y animal.

CAÑA DE AZÚCAR

En este caso, el enfoque es la producción de bioenergía a través del silaje húmedo y se utiliza por su condición de especie C4 (vía de cuatro carbonos, al igual que sorgo y maíz), su perennidad y su mejora genética. advierte.

A pesar de las altas posibilidades de éxito de esta producción, Lopez Anido remarco sobre la falta de infraestructura en la zona, que impide explotar plenamente esta oportunidad y maximizar el potencial de la caña de azúcar como fuente de bioenergía.

El productor advirtió que en producción forestal y caña de azúcar, la zona carece de información y existe una fuerte necesidad de recursos, tanto económicos como de investigación.