Los dirigentes europeos fracasaron este viernes en alcanzar un acuerdo sobre el presupuesto para 2014-2020 en una cumbre de dos días marcada por la intransigencia del Reino Unido, que exige recortes radicales, y por la determinación de muchos países, dispuestos a batallar por las ayudas.
La principal diferencia entre los representantes de los países que integran el bloque gira en torno a que el nuevo plan recorta menos de lo previsto las partidas destinadas a la cohesión y a la Política Agraria Común (PAC).
En este sentido, España, hundido en la recesión y con un desempleo que afecta a la cuarta parte de su población activa, quiere un “frente compacto” junto a Francia e Irlanda para defender la PAC, un sector clave para la economía de estos países. La idea es hacer un “frente compacto” para elevar en 6.000 millones más a la propuesta de Van Rompuy sobre la PAC.
Van Rompuy ofreció anoche a Rajoy un “sobre adicional” de 2.750 millones de euros en los fondos de cohesión para España. De esta cantidad, 1.550 millones irían destinadas a las regiones en transición, entre ellas Andalucía y Castilla-La Mancha.
“Un acuerdo es posible a comienzos de año”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. “Las negociaciones sobre el presupuesto “son difíciles y necesitan tiempo”, añadió durante una conferencia de prensa al final de la cumbre entre los 27 jefes de Estado y de Gobierno.
El primer ministro británico, David Cameron, llegó a la reunión con la misma determinación con la que se fue: exigir drásticos recortes de un presupuesto que representa el 1% del PIB de la Unión Europea. “El acuerdo que estaba sobre la mesa no era algo que podía aceptar, así como tampoco fue del agrado de muchos países”, señaló Cameron al final de la reunión.

