La volatilidad de los precios de los alimentos básicos persistirá mientras no se supere la incertidumbre económica por la que atraviesan los países europeos, dijo ayer la representante de la FAO en México, Nuria Urquía.
«Mientras esté la incertidumbre económica continuará la incertidumbre en la producción y la volatilidad de los precios», declaró la funcionaria de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), al término de la inauguración de la reunión de científicos agrícolas del G-20.
El encuentro, que tiene lugar en Guadalajara, capital del occidental estado de Jalisco, reúne a líderes en investigación agrícola y formuladores de políticas de los países miembros del Grupo de los 20 (G-20, integrado por las principales economías desarrolladas y emergentes) y seis naciones invitadas que buscan soluciones al problema de la crisis alimentaria, tema que mantiene inquieta a la FAO, organismo que dirige el brasileño José Graziano Da Silva.
Urquía explicó que la volatilidad de precios comenzó tras la crisis económica de Estados Unidos en 2008 y “no ha dejado de impactar” en los costos internacionales de los alimentos. La representante de la FAO afirmó que «está previsto que esta situación continúe» de manera indefinida.
Sostuvo que una menor disponibilidad de alimentos básicos afectará «en mayor medida a los países más pobres de África y el sureste asiático, asícomo a los que tienen mayores índices de desnutrición» en América Latina, como Guatemala.
Ante un aumento de la población mundial de entre 3.000 y 9.000 millones en los próximos 40 años, además de mayores efectos por el cambio climático y menor disposición de agua y tierra, los países tienen el reto de incrementar la productividad en un 6% en los próximos 20 años.
Según publicó Ámbito Financiero, también se requiere “evitar movimientos unilaterales”, como el que los países limiten las importaciones o realicen «grandes compras masivas que puedan distorsionar los mercados», abundó.