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Las últimas lluvias le pusieron “piso” al trigo en la zona núcleo y ahora el desafío es el “techo”

Con los últimos acumulados de la tercera semana de mayo, el cultivo tiene una base de 40 quintales por hectáreas. Ahora, con fertilización aspirar elevarlo a 50 quintales.

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Por Infocampo

Para el trigo, las últimas lluvias registradas la tercera semana mayo fueron claves para restablecer la humedad superficial para la siembra y contar con los milímetros para pasar el invierno. Fueron fundamentales.

Por ahora, no cambian los planes de siembra previstos, lo que cambia es que sí ponen un piso a los rindes, alientan en la zona central.

“Con los perfiles del suelo lleno, el potencial es otro”, afirmaron los técnicos en la localidad de Pergamino y según reseña la Bolsa de Comercio de Rosario.

El mapa de humedad edáfica de la zona núcleo muestra un cambio rotundo en Buenos Aires, Santa Fe, sur de Córdoba y Entre Ríos comparado con el de hace un año atrás.

Hay coincidencia entre zonas ya que, ahora, se está fertilizando y planificando apuntando a un potencial de 45 a 50 quintales por hectárea.

Los planes trigueros se reafirman y todos los lotes intencionados ya no corren peligro de no implantarse por la falta de agua. Principalmente, cuando el trigo en esta zona tiene una fuerte correlación con la disponibilidad de agua inicial.

Revisando la estadísticas, la Bolsa indica que hacía 30 años que en el noroeste bonaerense —para la tercera semana de mayo— no tenía registros como los acumulados. Las estadísticas muestran 11 milímetros para ese período, pero en este 2021 llovieron entre 8 y 10 veces más: 97 milímetros en Villegas y 112 milímetros en General Pinto. Hacia el noreste de Buenos Aires, Chacabuco registró 69 milímetros y Pergamino 68 milímetros.