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Los ganaderos se quedaron “a pata”: para comprar una pick-up, necesitan más hacienda que hace un año

Según un informe del INTA Bordenave, mientras una camioneta cero kilométro aumentó su precio 113%, las cotizaciones de terneros y novillos subieron apenas entre 35% y 73%.

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Por Infocampo

El freno en los precios ganaderos no solo se percibe en una carne que en los mostradores aumenta muy por debajo de la inflación.

El INTA Bordenave realizó un trabajo en el que relevan el costo de adquirir una camioneta cero kilómetro para un establecimiento agropecuario, medido en kilos de carne y cantidad de hectáreas ganaderas.  

Con este fin, se consideró el precio de una camioneta cero kilómetro doble cabina  y con tracción 4×4. Por el lado de la hacienda, se tomó como base la cotización del ternero de 180 a 200 kilos y del novillo de 430 a 460 kilos.

CAMIONETA VERSUS HACIENDA 

En este análisis, queda por demás evidenciado el descalce que se genera entre el valor de la hacienda -que aumentó muy por debajo de la inflación- y el resto de los bienes de la economía

Al medir el precio del vehículo, tomando como base el período julio 22/23, su valor pasó de $7,3 millones a $15,6 millones, una variación de 113%. En el caso de los vacunos, el ternero creció de $380 a $510 (35%) y el novillo de $285 a $495, una suba del 73%. 

camio 2

Al hacer la cuenta en kilos de carne, el desfasaje es aún más evidente. Para comprar la pick up en 2022, el productor pagó el equivalente a 19.270 kilos de ternero, mientras que para adquirirla este año, le costó un 59%, unos 30.590 kilos. En novillo, el impacto fue algo menor, porque pasó de 25.640 kilos a 31.500 kilos. 

Si esta ecuación se mide en vientres –vaquillonas con garantía de preñez– el año pasado hacían falta 57,3 cabezas y en 2023 la cifra creció a 85,3 animales. Al observar estos números entre 2019 y 2022, las oscilaciones fueron mucho más pequeñas y el salto fuerte se vio este año. 

OTRAS VARIABLES

Si el cálculo se lleva a la cantidad de hectáreas que un productor necesita trabajar para comprar la camioneta, la cuenta muestra números negativos para esquemas de cría y ciclo completo y un margen positivo para la invernada. 

En el caso de la cria, se consideró una carga de 0,25 vacas por hectárea, una receptividad de 4 ha/vientre, destete del 80%, una reposición de vientres del 20%, y una producción anual de carne de 43,1 kg/ha. Bajo estas variables, mientras en julio de 2022 se requerían 747 hectáreas, este año pasó a 1.206 hectáreas, un incremento del 61%.

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Por el lado del ciclo completo, el panorama es similar. Para esta actividad, se tomó como punto de partida una carga de 0,55 cabezas/ha, un ciclo de engorde de 16,7 meses, destete del 85%, una reposición de vientres del 20%, peso de terminación de 400 kilos y una producción anual de carne de 168 kg/ha. En este caso, se pasó de 317 hectáreas a 489 hectáreas, un 54% más.  

En invernada, se dio el caso inverso. El planteo técnico consideró  una carga de 1,20 cabezas/ha, un ciclo de engorde de 11,8 meses, un peso de compra de 180 kilos y de  terminación de 440 kilos y una producción anual de carne de 270 kg/ha. Los invernaderos gastaron menos: pasaron de 594 hectáreas el año pasado a 337 hectáreas.