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Luego de la furia contra Griesa, reconsideran misión a Nueva York

La Presidenta, enojada con el juez, suspendió negociaciones. Ahora revive alternativa de viaje para semana próxima.

infocampo

La presidenta Cristina Fernández volvió a reconsiderar ayer por la tarde la alternativa de enviar a Nueva York una misión ante el juez Thomas Griesa, para que “cara a cara” se crucen con los representantes de los fondos buitre y comiencen una ronda negociadora. Lo hizo luego de haber conversado con algunos referentes políticos y económicos de su gabinete, convencidos de que la mejor solución al conflicto con los fondos buitre es abrir una rueda de negociaciones ante el magistrado de primera instancia. 

Según Ámbito Financiero, hasta el miércoles a las 16.30, última comunicación del día entre los abogados que representan al país y funcionarios argentinos, la decisión de enviar una misión a Nueva York estaba firme. También hay acuerdo dentro del Ejecutivo en la eventual oferta que se le llevaría a una mesa de negociaciones a los “holdouts”, que incluyen (tal como adelantó ayer este diario) la emisión de un bono similar al que se le entregó a Repsol por la renacionalización de YPF, la participación de un banco que luego compraría esos títulos públicos y los colocaría en el mercado y hasta la posibilidad de ofrecer a Griesa un depósito de unos u$s 300 millones para que permita hacer las liquidaciones del 30 de junio sin el fantasma de los embargos judiciales. Todo esto además se propondría con la apertura de negociaciones del tipo “settlement” (privadas por fuera del juzgado, pero con informes periódicos sobre su marcha a Griesa). Finalmente las negociaciones se deberían extender (con acuerdo entre las partes) durante seis meses, hasta llegar a enero de 2015, cuando ya no se aplique la cláusula RUFO. Esto es lo que, por ahora con prudencia, ensaya el Gobierno para la hora de eventualmente tener abierta una rueda de negociaciones con los abogados de los fondos buitre, de manera directa o con algún agente financiero que acepte el rol de intermediador. 

La intención de abrir este espacio de discusión había sido llevado formalmente ante Griesa por Carmine Boccuzzi, el abogado del estudio Cleary Gotlieb Steen & Hamilton (CGS&H), que el miércoles se presentó ante el juez neoyorquino de primera instancia para presentar la posición oficial de la Argentina. Allí, ante el pedido de Griesa para que explique cuáles serían los pasos que haría el país, el abogado mencionó públicamente la llegada de los funcionarios del Gobierno argentino para negociar la semana que viene Boccuzzi llevó la posición oficial, y una vez terminada la audiencia, informó a funcionarios argentinos con lo que tiene el contacto formal sobre el buen resultado del encuentro con Griesa y los abogados del fondo buitre Elliott, Ted Olson y Robert Cohen.

La comunicación telefónica culminó en buenos términos, pero luego hubo algo que enfureció al Gobierno argentino. Fueron las primeras crónicas que llegaban desde Nueva York sobre cómo se había desarrollado la audiencia y, fundamentalmente, el tono con el que se había tratado entre Griesa y los abogados de los fondos buitre la posición del país. Desde el Ejecutivo sintieron que la posición de “estado soberano” estaba siendo violentada y hasta “humillada” (según las palabras que se utilizaron en altos despachos oficiales), con lo que se dio la contraorden y el congelamiento de la decisión de enviar una misión negociadora. 

Las frases que enfurecieron anteayer al Poder Ejecutivo fueros dos; ambas de Griesa. Fue cuando el juez dijo: “Estoy cansado de que la Argentina no se tome en serio a la Justicia de Estados Unidos” y, fundamentalmente, cuando el magistrado expresó que “las palabras de Cristina de Kirchner son un problema” para encontrar una solución. 

Luego vinieron el comunicado del Ministerio de Economía acusando a la Cámara de Apelaciones de Nueva York por haber levantado el miércoles el “stay” y abierto la posibilidad de embargos hacia la Argentina, culpando a los jueces de un futuro incumplimiento de las obligaciones financieras del país del 30 de junio próximo. 

Ayer por la mañana fue el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien en su presentación diaria ante la prensa descartó que esté preparada una comisión o una comitiva para que viaje a los Estados Unidos, tras el fallo judicial a favor de los fondos buitre. “No hay misión ni comitiva preparada para un eventual viaje a los Estados Unidos”, dijo brevemente el funcionario al ser consultado si estaba previsto el envío de una misión negociadora, tras el pronunciamiento del juez Thomas Griesa. 

Como cada vez que habla un funcionario argentino en contra de Griesa o de la Justicia de los Estados Unidos, los abogados de Paul Singer, el dueño del fondo Elliott, llevaron una desgravación y un tape con las declaraciones e Capitanich ante el juez con certificación de un escribano. El dúo Olson- Cohen sabe que estas cosas alteran el humor del añoso magistrado, que además de estar cansado porque el caso alteró sus vacaciones, tiene particular tirria contra el país (al menos en este juicio).

Lo que ahora busca el fondo Elliott es que Griesa les habilite lo más rápido posible la llave para comenzar a cazar fondos públicos argentinos por todo Estados Unidos para ser embargados, con el argumento de que la Argentina públicamente manifestó a través de sus funcionarios que no cumplirá con el fallo de pagar los u$s 1.330 millones, así como tampoco de pagar a los tenedores de deuda no caída en default en el Bank of New York (BONY). Esto, obviamente, en caso de que no haya inicio de negociaciones formales. 

Mientras tanto, el dúo Olson-Cohen estará esperando el mensaje de hoy de Cristina de Kirchner para ver si hay nuevas declaraciones para llevarle a Griesa.

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