“Por más valor” es el lema que eligió la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar) para enmarcar una nueva edición de su Congreso anual que comenzó este miércoles por la mañana y se extenderá a lo largo de toda la jornada en el complejo Goldencenter de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
El motivo es sencillo: una vez más, desde la entidad que nuclea a la cadena que es la segunda mayor generadora de divisas del país, intentan hacer foco en que los múltiples usos del maíz representan la gran oportunidad de poder realizar valor agregado en origen, multiplicando el desarrollo del agro en el interior, con más empleo y generación de actividad económica.
Pero para eso, se necesita avanzar en un aspecto clave: políticas de largo plazo que impulsen al sector y no lo ahoguen.
El presidente de Maizar, Federico Zerboni, al hacer uso de la palabra en la apertura del Congreso, hizo hincapié precisamente en la necesidad de que el agro trabaje “con la política” para diseñar estas medidas, y señaló que hay un modelo a seguir al respecto: el de Brasil.
Pero en el corto plazo, puntualizó el gran tema que todas las cadenas del agro insisten en resolver como prioritario: el fin de las retenciones.
MAIZAR: “POR MÁS VALOR”
Zerboni abrió su discurso recordando que se recibió de ingeniero agrónomo en la década de los ’90 y que eso implicó vivir de cerca la gran revolución que tuvo el agro en ese momento de la mano de la biotecnología, la expansión de la frontera agrícola y la demanda China.
Pero ahí nomás comenzó con los reclamos: “Creamos un sistema productivo muy eficiente, pero la política en vez de ver al agro como un socio estratégico, lo vio como una caja para recaudar”.
En ese sentido, hizo foco en los derechos de exportación y la falta de otras políticas públicas que llevaron a que el país se estancara.
Al respecto, enumeró diferentes fallas que vive hoy el agro: poca competitividad y rentabilidad, déficit de nutrientes en los suelos, infraestructura deficiente para el traslado de los agroalimentos, presión impositiva altísima –“El Estado retiene entre 60% y 80% de la renta agropecuaria”, enfatizó- y un parque de maquinaria agrícola “limitado y envejecido, que afecta la eficiencia de las cosechas”.

Y a esos frentes de tormenta locales, se suman los nubarrones a nivel global: menos tracción de China y menor aumento demográfico de la población, combinado con una oferta mundial de alimentos cada vez más alta, lo que reduce los precios.
De todos modos, subrayó que este panorama general amenaza a la producción argentina “no porque los productores locales no sean productivos, sino por las malas políticas agropecuarias”, insistió.
MAIZAR: MIRANDO A BRASIL
Allí fue que Zerboni inició un amplio párrafo de su alocución destinada a pedir que se mire con más atención el modelo de desarrollo que siguió Brasil y que el permitió multiplicar por varias veces tanto su producción de granos como su agregado de valor en proteínas animales o bioenergías.
“Pasó de importar alimentos a ser el principal exportador mundial, sin tocar todavía dos tercios de sus tierras”, ejemplificó.
Pero eso no fue fruto de la casualidad: el titular de Maizar hizo referencia a que se logró gracias a que “los productores brasileños entendieron la importancia de trabajar con la política”. Al respecto, recordó que, a través del Frente Parlamentario Agropecuario, en la nación vecina el campo tiene más del 60% de representación tanto en Diputados como en el Senado.
“Lograron una política agropecuaria estable y consiguieron resultados. Lo mismo Paraguay y Uruguay. La clave es que el camino no es sin la política o contra la política, sino con la política”, remarcó.
En ese punto, recordó que Maizar forma parte del Espacio Legislativo Interpartidario del Agro que inició la Fundación Barbechando y que busca precisamente potenciar el peso del campo en el Congreso.
“Necesitamos que la política pública trascienda las contiendas electorales”, completó.
MAIZAR Y LAS RETENCIONES
En el tramo final de su discurso, Zerboni reiteró que “Por más valor” intenta remarcar que producir maíz en las zonas alejadas de los puertos, en la actualidad, es inviable por el alto costo de los fletes.
Por eso, se impone la necesidad de agregarle valor en origen, como se hace por ejemplo en Mato Grosso, Brasil, que está a 1.000 kilómetros del mar.
“Hay un enorme potencial para agregar valor local, transformándolo en productos animales, alimenticios y demás”, repitió Zerboni.
En ese momento, hizo referencia al Gobierno actual, sobre el que reconoció que recibió una situación económica “compleja”, y le pidió “seguir con las reformas impositiva y laboral, con la eliminación de retenciones como tema prioritario”, porque “solo así podrá el sector competir interna y externamente”
“Hoy Argentina tiene el potencial para ser protagonista. El tiempo de lamentarse se terminó, es hora de liberar la fuerza del agro, es nuestra ventana de oportunidad, trabajemos juntos porque la transformación es el único camino para conseguir la Argentina que merecemos”, cerró.