Desde diciembre del 2004, y antes de que el pedido de industriales molineros efectuado ante la Comisión Nacional de Distorsión del país trasandino fuera definido por este organismo, el gobierno chileno viene imponiendo una salvaguardia provisoria a la entrada de harinas de procedencia argentina. Posteriormente, y por el término de un año, la Comisión de Distorsión determinó el carácter de permanente de la salvaguardia, que tendrá vigencia por un año.
El diputado nacional Guillermo Alchouron presentó un pedido de informes al Ejecutivo para que éste explique qué medidas ha desarrollado para revertir injustificadas barreras arancelarias sobre las harinas argentinas, que “perjudican el comercio argentino y ensombrecen la relación bilateral conseguida”.
“La sobretasa de 17% sumada a los demás aranceles que aplica Chile bajo el sistema banda de precios, supera 31,5% consolidado permitido por la OMC”, explica el diputado en un comunicado. “La Argentina también oportunamente denunció el Sistema de Banda de Precios con un fallo favorable de parte del Tribunal Arbitral”, dice. No obstante, la decisión todavía no es respetada por Chile.
El conflicto se desató luego de una puja entre los precios de referencia que enfrentaron a molineros y productores chilenos contra los productos argentinos (más competitivos), y que la salvaguardia aplicada no logró recomponer.
