Lo que queda del año 2009 dependerá de lo que suceda hoy en la sede porteña del Ministerio de la Producción. Allí Débora Giorgi recibirá a las 14:00 horas los cuatro titulares de la Comisión de Enlace Agropecuaria para definir si el gobierno nacional está dispuesto o no a revertir la crisis presente en el sector más importante de la economía argentina.
Años de desatención y políticas distorsivas generaron una lista muy extensa de problemas. Durante mucho tiempo pasaron desapercibidos por los buenos precios internacionales de los commodities y un clima benévolo. Pero este año ambos factores desaparecieron.
Todos los problemas presentes en el sector son significativos y se correlacionan entre sí (el crecimiento de la agricultura jamás habría sido tan grande si la ganadería y la lechería no hubiesen recibido tantos golpes; lo mismo puede decirse de la soja con respecto a los cereales y demás). Pero esto no implica que no haya prioridades.
1. Empresas ganaderas y lecheras en zonas afectadas por la sequía. Se siguen liquidando rodeos ante la falta de certezas, los pocos recursos forrajeros disponibles y la escasez de dinero. Muchos llegarán al invierno sin tener que darle de comer a sus animales. Nos encontramos en un silencioso proceso de liquidación con consecuencias graves (que sólo serán percibidas por todos en algunos años más). Los precios de la leche y la hacienda son bajísimos a causa de las constantes intervenciones oficiales y de las diversas herramientas empleadas para restringir las exportaciones de productos lácteos y cortes bovinos.
2. Faltan pocas semanas para que comience la siembra del trigo 2009/10 y la Argentina se encamina a tener una de las áreas de siembra del cereal más bajas de su historia. Por las retenciones y las restricciones a las exportaciones de trigo, este producto tiene un derecho de exportación efectivo de casi el 50%, algo insostenible para cualquier sector productivo. Además, el cultivo requiere cierta inversión ‘sembrarlo sin fertilizar no es redituable’ y no existe financiamiento disponible a tasas accesibles.
3. Precios bajos de los granos. Este problema es una consecuencia no sólo de las retenciones, sino además de las excesivas regulaciones implementadas en el último año en el comercio exterior de commodities agrícolas. En muchas zonas la agricultura subsidió durante años al tambo y a la ganadería (y cuando desapareció ese aporte, la ausencia de rentabilidad en ambas actividades quedó en plena evidencia). El combo precios bajos + sequía + falta de previsibilidad hizo que el agro cortara todos los gastos e inversiones no prescindibles, lo que generó en el interior una recesión profunda que avanza lenta pero inexorablemente hacia las grandes ciudades.
