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Alerta roja: el yuyo colorado se hizo resistente a otro herbicida

Aapresid informó sobre biotipos que no son afectados por la aplicación de fomesafen, un inhibidor de PPO, sumando un nuevo modo de acción a la larga lista de resistencias de esta maleza.

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Por Infocampo

La Red de Manejo de Plagas (REM) de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) emitió una nueva alerta roja por una maleza resistente detectada en Santa Fe.

Se trata de la especie con más resistencias comprobadas: Amaranthus hybridus o “yuyo colorado”, que sumó ahora inmunidad a aplicaciones del herbicida Fomesafen, un inhibidor de PPO.

Constituye toda una novedad porque es un modo de acción del que todavía no se habían informado resistencias en Argentina y solo había un caso a nivel mundial, en Bolivia.

De este modo, ya se han relevado en el país resistencias de yuyo colorado a inhibidores de ALS, glifosato, hormonales y ahora inhibidores de PPO.

“En 1996 se encontraron los primeros biotipos resistentes a inhibidores de ALS, siendo esta la primera cita de resistencia en Argentina. En el 2013 se detectó la resistencia a Glifosato, más adelante otros investigadores determinaron la resistencia múltiple a Glifosato e Imidaziolinonas. Por último, en el año 2016, se detectó la resistencia a herbicidas hormonales (2,4-D y Dicamba) y la resistencia múltiple de estos últimos y glifosato”, precisó Aapresid.

LA INVESTIGACIÓN

El caso fue denunciado por los ingenieros agrónomos Ignacio Dellaferrera, Eduardo Cortés, Marcos Mitelsky y Alejandro Bagnolo, que hallaron este biotipo resistente en la zona de Esperanza, departamento Las Colonias, en el centro de Santa Fe.

Como se mencionó, hasta ahora solo había como antecedente global un biotipo registrado en Bolivia con resistencia a inhibidores de la PPO (oxyfluorfen, acifluorfen, lactofen, etc.)

Los investigadores comentaron que, además, este biotipo detectado en Santa Fe presentó un 25% de supervivencia a dosis de glifosato, mientras que “no se ha probado su respuesta a herbicidas inhibidores de ALS, por lo que no puede asegurarse su resistencia a este grupo, pero tampoco descartarse, ya que es una resistencia muy frecuente”.


La investigación comenzó en 2015, cuando  Cortés y colaboradores reportaron controles entre 92 y 98% con Fomesafen sobre “yuyo colorado” en ensayos en Devoto (Córdoba) y Rafaela (Santa Fe). Mientras que en 2017, con otros biotipos de Amaranthus, registraron valores de control de 53% (San Francisco, Córdoba).

Luego, en 2019, en San Francisco y Freyre (Córdoba) los experimentos arrojaron controles del 70% a los 30 días de evaluados. En Esperanza (Santa Fe) los ensayos con este herbicida no superaron el 80% de control ese mismo año.

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Por último, en los ensayos de  2021 en San Francisco y Esperanza las aplicaciones con Fomesafen a dosis de campo arrojaron controles promedios de 60% y 80% respectivamente. Estos resultados evidencian la pérdida de sensibilidad a campo que fue presentando esta especie al activo en cuestión.

El equipo observó la misma pérdida de sensibilidad en ensayos de laboratorio entre 2009 y 2020, aumentando en el transcurso de los años  las dosis letales (DL50) necesarias para controlar al 80% de los individuos.

RESULTADOS FINALES

Ya en 2021, el equipo trabajó con tres poblaciones de Amaranthus hybridus cosechadas en lotes próximos a Esperanza para evaluar la sensibilidad a Fomesafen (25%p/v) mediante ensayos de dosis respuesta de laboratorio y de campo, analizando además la sensibilidad de la descendencia.

Los resultados arrojaron que dos de las tres poblaciones evaluadas requirieron 2,1 y 6,8 veces más herbicidas para reducir el peso en un 50%; y 2,6 y 11,6 veces mayor dosis para reducir en un 50% el número de individuos, que la población restante.

yuyo colorado aapresid

Asimismo, una de las tres poblaciones presentó individuos que sobrevivieron a dosis de 2.400 mililitros por hectárea de Fomesafen y produjeron descendencia que sobrevive a la dosis de uso, cumpliendo con todos los criterios para ser considerada resistente al herbicida.

PARA ESTAR ALERTA

Bajo este panorama, Aapresid alertó que “si bien quedan algunas herramientas químicas para su control, perder este herbicida postemergente inhibidor de PPO, significa un gran cambio en la manera en que habitualmente se maneja esta maleza”.

Desde el punto de vista de la entidad, los productores y asesores están forzados a virar el control químico hacia otras estrategias que incluyan siempre herbicidas residuales y otros modos de acción como los HPPD o los PSII, siempre con especial atención al momento y forma de aplicación.

“Además esto hace que otras herramientas, como los cultivos de servicios, se confirmen como grandes aliados”, subrayó Aapresid.

EL INFORME COMPLETO, AQUÍ