El dólar “libre” abrió a $7,25 para la venta, manteniéndose así por encima de los 7 pesos en un mes marcado por la alta demanda de divisas internacionales por parte de aquellos argentinos que veranean en el exterior. La escalada se da principalmente por aquellos que necesitan viajar y no pueden conseguir billetes en el mercado oficial, donde se mantiene estable a 4,95 pesos.
El viernes pasado, el billete había cedido 5 centavos en el mercado paralelo y cerró a $7,20, pero hoy los volvió a recuperar. La semana pasada subió un 2,3%, y un 5 por ciento en lo que va del año.
La presidente del Banco Central (BCRA), Marcó del Pont, se refirió al aumento del dólar paralelo como un “fenómeno claramente estacional”, y consideró que esta divisa no debería incidir en la definición de los costos de “los formadores de precios”. Según explicó, el “dólar billete ha quedado asociado a la demanda por turismo, con un gran impacto estacional” y lo vinculó a la “actividad ilegal”.
La brecha entre ambos mercados era de sólo 2,5% en diciembre de 2010 y se amplió a 9,72% al cierre de 2011, con las restricciones de la AFIP y el Banco Central ya vigentes, pero se fue ampliando a medida que el Gobierno instrumentó más controles a la compra de divisas, hasta la prohibición total para el atesoramiento el 5 de julio de 2012.
Al cierre de 2012, cuando el dólar oficial se vendió a $4,92 y el paralelo a $6,83, la brecha era de 44 por ciento. Hoy, ya se ubica en el 46 por ciento.
