El Papa Benedicto XVI, en reflexiones sobre el desplome de los precios de los activos financieros, ha llegado a la conclusión de que “el dinero se desvanece, no es nada’ y que “la única realidad sólida es la palabra de Dios’.
“Quien construye solo sobre cosas visibles y tangibles como el éxito, la carrera profesional y el dinero, construye la casa de su vida sobre arena’, dijo el Pontífice a los obispos en una reunión en el Vaticano.
El Vaticano ha estado prestando atención a la catástrofe financiera y publicado artículos en su diario oficial, l’Osservatore Romano, que critican el modelo de libre mercado por haber “crecido demasiado y de mala manera en los últimos dos decenios’.
La crisis empezó a hacerse sentir en el crecimiento mundial debido a que las empresas y consumidores encuentran cada vez más difícil y costoso pedir dinero prestado.
El Vaticano, el país más pequeño del mundo, no tiene solo un interés espiritual en la actual crisis. El papado depende de los beneficios de casi 1000 millones de dólares invertidos en renta variable, bonos e inmuebles para completar las donaciones de Católicos de todo el mundo.
Mientras la Santa Sede se benefició en los años 1990 de las subidas de las bolsas y de un dólar fuerte, en 2003 entró en números rojos y otra vez en 2007 por la caída de la divisa estadounidense, según los informes financieros anuales.
Como la perspectiva está empeorando, el Papa podría tener que recurrir una vez más al Ásculo de San Pedro, una fuente de ingresos en efectivo que procede directamente de las contribuciones de los fieles.
Aunque los donativos que se dan al Papa deben ser empleados en causas humanitarias, se han empleado en momentos de necesidad financiera para el sostén de la curia. El Ásculo de San Pedro obtuvo 79,8 millones de dólares en 2007. El mayor contribuidor fue EE.UU., seguido de Italia.
Fuente: Bloomberg
