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La harina de soja subió 20% desde noviembre, pero Argentina no logra aprovecharlo

Es el principal producto de exportación del país. El volumen de embarques de enero y febrero 2023 se ubican por debajo del año pasado. La falta de materia prima es uno de los factores que impide incrementar el volumen exportado.

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Por Infocampo

Las exportaciones de harina y pellets de soja comenzaron a la baja en enero, de acuerdo a la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

El fin del “dólar soja” dejó al complejo agroexportador con menos incentivos para la comercialización de estos subproductos, en un escenario de mejora en los precios. El año pasado, se exportaron 25 millones de toneladas, que generaron divisas por U$S 12.000 millones, siendo el principal producto aportante de divisas.

De acuerdo a la bolsa rosarina, en enero de este año se embarcaron 1,06 millones de toneladas de harina y pellets de soja, un 22% por debajo del volumen exportado el año anterior.  Para febrero, los datos preliminares de embarque ratificaron que continuará esta tendencia bajista.

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Hasta el momento, se anotaron 600.000 toneladas, mientras que a principios de febrero del año pasado la carga en buques superaba el millón de toneladas.

“Estos números están aún más lejos de las 1,8 millones de toneladas de harina exportadas en febrero pasado y del promedio de 1,7 millones de los últimos cinco años”, señalaron.

El escenario actual de Argentina, exportador número uno de harina de soja a nivel global, es el principal factor que explica la presión alcista de este subproducto.

ARGENTINA NO APROVECHA LOS BUENOS PRECIOS

Desde el último bimestre de 2022, los precios de la harina de soja en Chicago comenzaron una carrera ascendente y llegaron al máximo de U$S 488 por tonelada, que representa una suba de 27% a la fecha. En el mismo período, el poroto aumentó un 8%.

“Los movimientos en el mercado de harina es lo que está brindando un fuerte soporte a la soja ya que el aceite se mantiene más débil”, explicaron. Pero esta buena recha de cotizaciones no puede ser aprovechada y las exportaciones retroceden en relación a 2022.

En enero, se despacharon 1,1 millones de harina de soja, que representa el menor volumen embarcado desde 2022. A pesar de los márgenes positivos para el negocio, el complejo agroexportador no puede capitalizar estos buenos precios, ante el faltante de materia prima para procesar.

Esta dato no es menor y representa uno de los problemas estructurales de la cadena sojera. Desde hace más de una década, la producción de poroto se encuentra estancada y no logra despegar. A esto, debe sumarse que en la última campaña, también cayeron las compras a Paraguay, el mayor abastecedor del complejo sojero argentino, que además de proveer calidad brinda elevada proteína, clave para el crushing.

MOLIENDA CON NÚMEROS EN ROJO

La molienda sojera cerró el 2022 con un acumulado de 38,45 millones de toneladas, que resultaron inferiores en 4 millones en relación al año previo.

En diciembre, este complejo procesó 2,62 millones de toneladas, la cifra más baja de todo el año. La caída en el volumen de la molienda durante ese mes contrasta con el aumento en las exportaciones del poroto, que fueron por 2,11 millones de toneladas en octubre y 890.000 en noviembre toneladas.

Estas cifras de comercio exterior estuvieron impulsadas por las dos ediciones del Programa de Impulso Exportador, que generaron ingresos récord de divisas por parte del complejo granario. En diciembre, la tendencia se revirtió y las ventas externas del poroto se desplomaron hasta llegar al mínimo de 47.000 toneladas, según la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales.