Situada en el acceso de la localidad de Balcarce, por la ruta 226, la planta industrial de McCain paralizó todas sus líneas de producción ante la decisión del gobierno de Brasil de limitar el ingreso de productos argentinos, en represalia por las trabas comerciales impuestos por la Argentina.
Ante esta medida, más de 700 empleados temen por sus puestos de trabajo, entre tareas de mantenimientos, limpieza de instalaciones y entrenamiento, a la espera de novedades que permitan la normalización de las actividades. Mientras tanto, temen que en el transcurso de esta semana puedan darse las primeras suspensiones.
“El freno a nuestros envíos nos tomó por sorpresa el último viernes, de un momento para otro, cuando a los camiones no les permitieron pasar el control aduanero”, dijo a La Nación el gerente de Recursos Humanos de McCain Argentina, Claudio Ribero. Según cálculos de la empresa, en este momento hay 30 camiones parados en la frontera con Brasil y 45 contenedores en el puerto de Buenos Aires.
Directivos de McCain iniciaron gestiones ante los gobiernos de Brasil y la Argentina, además de poner en conocimiento de la situación a la embajada de Canadá (país de origen de la empresa), en busca de la habilitación para que sus productos puedan llegar al mercado brasileño, que recibe el 70% del total de su producción y es su destino por excelencia.
Mientras tanto, McCain avalúa cubrir la demanda con envíos desde centros de producción que la empresa tiene en otros países.