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Tras las lluvias, cambia la tendencia del criador y empieza a consolidarse la retención de hembras

El cambio de estación y la posibilidad de extinción de La Niña ajustan el panorama forrajero. Ahora, el primer eslabón de la cadena espera repetir, este año, el ciclo económico positivo que 2020.

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Por Infocampo

Tiempos de invernada y también de cambio para la ganadería, de acuerdo al análisis semanal que hace el Rosgan (Rosario Ganadero), el mercado de hacienda de la Bolsa de Comercio de Rosario).

El trabajo introduce que las lluvias registradas en las dos últimas semanas “llegan de manera muy oportuna para levantar las restricciones hídricas que venían registrando varias zonas productoras” tanto del centro pampeano, como del noreste del país, permitiendo consolidar un nuevo escenario forrajero a inicios de la zafra.

En este sentido, indican los analistas, todo lo que iba a suceder en el inicio de la zafra estaba sujeto y centrado al clima y la llegada de las lluvias que cambiaron el panorama.

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De acuerdo a lo que sostiene el informe y más allá de que por el momento no se puede confirmar el nivel de retención de hembras que puede esperarse este ciclo, ni tampoco compararlo con el acontecido luego la gran liquidación de los años 2008-2009 o durante el período 2016-2017, existen señales del mercado que anticipan esa tenencia.

Hembras Remates Rosgan

La primera es que hay menor oferta de terneras que se está viendo en este inicio de zafra.

“Si analizamos la participación de terneras sobre el total de lotes de terneros/as de invernada ingresados en los diferentes remates del mes de marzo del Rosgan, la cantidad de hembras alcanzan un escaso 13% en dos remates, en total consistencia con los porcentajes registrados en períodos asociados a fases de retención”, dice el trabajo de la entidad (Ver Gráfico).

Por su parte, agregan los analistas del Rosario Ganadero,  también se observa un criador muy activo buscando la reposición: no solo porque retiene las terneras, sino porque también a medida que vende los machos intenta reponer hembras para luego recriar y hacerse de un mayor número de vaquillonas.

En conclusión, de concretarse el cambio del clima, conforme a la extinción de La Niña, permitirá a los criadores avanzar efectivamente hacia una retención, tras haber transitado los últimos dos a tres años con una alta faena de hembras.