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Qué tomar en cuenta a la hora de ordenar la heladera para prevenir enfermedades alimentarias

El Senasa difundió una serie de recomendaciones para evitar bacterias como Escherichia coli, que causa el Síndrome Urémico Hemolítico. Los detalles.

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Por Infocampo

En el marco de la campaña SUH: pequeños grandes cuidados, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) lanzó una serie de recomendaciones para saber qué tomar en cuenta a la hora de ordenar la heladera para prevenir Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA).

Como es sabido, la enfermedad principal es el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), causado por algunas cepas de la bacteria Escherichia coli que suele estar presente en la materia fecal de animales y personas, y que afecta el sistema renal y urinario de los humanos.

Para evitarlo, es importante saber que en la heladera cada alimento debe estar en un lugar determinado para permitir que la temperatura se distribuya equitativamente y, por lo tanto, mejore su conservación. Además, la humedad, la ventilación, la condición crudo o cocido, el estado sólido o líquido determinan la forma en que debemos organizar los productos.

Las recomendaciones

  • Productos terminados (cocidos): ubicarlos en el lugar más accesible, según la fecha de vencimiento: los que caducan antes, adelante y los que tienen mayor vida útil, atrás.
  • Lácteos, huevos y pastas: se pueden colocar en los estantes medios, es mejor no ponerlos en la puerta para evitar que pierdan frío cuando se abra.
  • Carnes: en general son muy perecederas, lo que significa que deben mantenerse a baja temperatura. Para eso, el mejor lugar es el estante que se encuentra sobre el cajón de las verduras. Siempre es aconsejable colocarlas tapadas en un recipiente que contenga los posibles líquidos, que pueden resultar sumamente contaminantes para otros alimentos.
  • Verduras y frutas: encuentran su mejor lugar en la parte baja de la heladera (los cajones reservados para ellas).
  • Condimentos y aderezos: los estantes de las puertas son ideales para estos alimentos que en general no requieren temperaturas tan bajas aunque sí refrigeración.

En todos los casos, Senasa recomienda abrir lo menos posible la heladera y por períodos cortos. También, realizar la limpieza completa al menos una vez cada 30 días, salvo situaciones de derrames o pérdidas de fluidos donde se debe limpiar inmediatamente.