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Soja: “La combinación de nódulos y bioestimulantes en el tratamiento de semillas es fundamental”

De cara a la nueva campaña de soja, los bioestimulantes emergen como una herramienta esencial para mejorar la resistencia de los cultivos al estrés y aumentar la sostenibilidad en la agricultura.

Lucas Mich
Por Lucas
Mich

La sostenibilidad alimentaria es una prioridad tanto a nivel nacional como regional. Por ese motivo, YARA está comprometida con tres pilares clave: neutralidad climática, agricultura regenerativa y prosperidad.

En este camino, la empresa complementa su estrategia con el uso de los bioestimulantes en el cultivo de soja, como parte integral de esta visión innovadora y positiva.

En ese sentido, la ingeniera agrónoma Martina Kirszman, cuyo rol dentro de YARA es High Value Products Manager para Latinoamérica, destaca la importancia de los bioestimulantes en este contexto.

Es que YARA lanzó globalmente ocho bioestimulantes, con la expectativa de un noveno producto en el corto plazo. En Argentina, ya se comercializan dos bioestimulantes, Biotrac y N-Rhizo, que generan altas perspectivas debido a su potencial.

“Estamos esperando lanzar dos nuevos bioestimulantes el próximo año, con características únicas y como un excelente complemento de la propuesta más tradicional de fertilización que ya tenemos“, señaló Kirszman.

BIOESTIMULANTES, UN MERCADO EN CRECIMIENTO

El mercado de bioestimulantes en Latinoamérica está en constante crecimiento, y YARA está enfocando su desarrollo en esta área. El cambio climático está provocando un aumento de eventos de estrés abiótico que afectan negativamente la producción agrícola, lo que hace que el uso de bioestimulantes sea esencial y complementario a la nutrición.

Por ello, Kirszman adivrtió a Infocampo que “el uso de bioestimulantes se está convirtiendo en una obligación en los cultivos y están demostrando su eficiencia, incluso en condiciones de sequía extrema“.

Para YARA, el desafío futuro es desarrollar productos más específicos que traigan mayores soluciones para los productores agropecuarios.

La compañía está en proceso de registrar nuevos productos, desde formulaciones más generalistas como Biotrac hasta productos específicos para diferentes cultivos y momentos de su desarrollo, así como también con diversos modos de aplicación.

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Ingeniera agrónoma Martina Kirszman

Este enfoque ha tenido éxito en países como México y Ecuador, donde se aplica un bioestimulante directamente al fertilizante granulado, proporcionando una ventaja significativa.

EL PANORAMA NACIONAL

En la Argentina, el mercado de los bioestimulantes ha ganado un gran interés. Kirszman enfatiza que esta tecnología es esencial para los productores y se ha convertido en una parte integral de la gestión de cultivos.

“Los beneficios incluyen la mejora de la salud del suelo y las plantas, la optimización del uso de nutrientes y el aumento de la tolerancia al estrés, lo que a su vez mejora el rendimiento potencial de los cultivos”, planteó.

N-Rhizo, un nuevo lanzamiento de YARA, no reemplaza la inoculación, sino que la complementa. “El inoculante sigue siendo esencial, pero la combinación de los nódulos y el bioestimulante es mucho más eficiente. La integración de este producto en el tratamiento de semillas es fundamental“, confirmó convencida.

CARACTERÍSTICAS CLAVES

Los bioestimulantes de YARA tienen tres características principales que los distinguen del resto. Son robustos en rendimiento y resultados, lo que brinda a los productores una opción rentable y sostenible.

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Además, aumentan la resiliencia de los cultivos, lo que es esencial en condiciones climáticas cambiantes. Por último, son altamente adaptables y versátiles, adecuados para diversos cultivos y etapas fenológicas.

El compromiso de YARA con la sostenibilidad y la innovación en bioestimulantes refleja la necesidad de avanzar hacia una agricultura más sostenible y resiliente en Argentina y en toda la región.