Unos 300 camiones con mercadería perecedera permanecían hoy varados en la localidad misionera de Bernardo de Irigoyen, al no poder ingresar a Brasil debido a trabas a las importaciones dispuestas por el gobierno de Dilma Rousseff, en represalia por medidas impuestas por la Argentina.
Según informa Diario Norte, la fila de vehículos superaba los 7 kilómetros de longitud este miércoles, lo que trajo quejas de los transportistas y malestar en los vecinos de la zona, ante la presencia de ruidos molestos y la falta de servicios sanitarios.
Se estima que los camiones podrían permanecer allí entre 8 y 10 días, hasta lograr la autorización correspondiente para ingresar sus mercaderías el país vecino.
El país vecino decidió aplicar licencias no automáticas a distintos tipos de quesos, vinos, frutas secas, uvas, papas, manzanas, peras y harina de trigo de origen local. La medida obliga a los exportadores argentinos a pedir licencia previa para ingresar estos productos perecederos a suelo brasileño y puede demorar hasta dos meses.
El 15 de mayo, el canciller Héctor Timerman y el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, habían acordado con el gobierno brasileño resolver los problemas comerciales bilaterales en un plazo de 120 días. En ese tiempo se habían comprometido a clarificar las diferencias.