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Tambos: “2023 estará jugado, con menor cantidad y calidad de reservas”

El Panorama mensual de Caprolecoba muestra una situación complicada a raíz de la sequía. La falta de forrajes hace incrementar los costos de producción para poder sostener las dietas de las vacas.

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Por Infocampo

La Cámara de Productores Lecheros de la Cuenca Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba) difundió su Panorama Lechero mensual en el que evaluó el impacto de la sequía, tanto en la situación presente como en la previsión de lo que viene para los próximos meses.

“Tal como lo sospechamos desde un principio, las lluvias del 20 de enero ayudaron mucho, pero no llegaron a quebrar la tendencia seca. Y de la mano de un nuevo soplete (semana de altísimo calor), la cuenca oeste retrocedió a la sequía y bajó expectativas con sus cultivos de segunda, que encima luego recibieron dos heladas”, subrayó Caprolecoba.

El problema es que la seca está afectando mucho la base forrajera y obliga a los establecimientos a “replantear y estabilizar las dietas de las vacas y asumir altos costos de producción, que no son acompañados por una dinámica de precio acorde”.

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La conclusión de Caprolecoba, en este marco, es poco esperanzadora: “2023 estará jugado con menor cantidad y calidad de reservas”.

COSTOS VERSUS PRECIOS

Como se mencionó, esto ocurre en un contexto en el que los productores continúan sufriendo una descapitalización financiera, lo que “genera un gran malestar”.

Según cifras del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), cada tambo cobró en promedio $ 70,53 por litro entregado en tranquera en enero, apenas por encima de los costos de producción, y muy lejos de los casi $ 80 que necesitarían para poder tener una rentabilidad del 5% sobre el capital, una cifra lógica para este tipo de actividad.

datos ocla

“Persiste una brecha mínima de $ 9 a $10 entre lo que se cobra y el precio de equilibrio de la actividad. Cosa que se ha manifestado en distintas oportunidades y en todos los ámbitos posibles, que las industrias conocen muy bien y frente a la cual el gobierno no puede actuar como si desconociera el asunto, ya que es él -con sus intervenciones- la principal causa del problema”, criticó la entidad.

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En este marco, subrayó que la cadena lechera “cumple con la sociedad”, al haber cubierto en 2022 tanto el mercado interno como las exportaciones –que crecieron fuertemente–, pero quienes no cumplen son “las autoridades”, porque “siguen las intervenciones distorsivas que restringen la captura del valor que genera por parte de la cadena y su transmisión hasta los tambos”.

“Y se suman daños crecientes con cada nuevo ‘dólar soja’ (cuyas reparaciones parciales tardan en llegar) y con mayores condicionamientos al acceso a financiamiento (SISA, RUCA, etc)”, completó Caprolecoba.