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Camas biológicas: una alternativa para reducir la contaminación

Con el fin de degradar agroquímicos presentes en el ambiente, investigadores descubren que utilizando el propio suelo y materiales de desecho, se puede lograr. Apuntan a su uso en las operaciones de carga de pulverizadores.

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Por Infocampo

Desde Argentina Investiga, dieron a conocer este nuevo descubrimiento a cargo de especialistas debido a la alta carga de agroquímicos que se encuentra en el ambiente.

Más específicamente, las operaciones de carga y descarga de agroquímicos son un punto clave ya que allí pueden ocurrir contaminaciones puntuales con altas concentraciones de estos productos, capaces de llegar al suelo y al agua.

Frente a este escenario, investigadores de la UNL y el CONICET ensayan la adaptación local de una tecnología de origen sueco que permite degradar estos contaminantes.

A partir de una inquietud sobre qué hacer con los líquidos que provienen del lavado de envases, consideraron necesario explorar otras alternativas tecnológicas y nació el interés por los biolechos o camas biológicas.

“Estamos probando diferentes materiales, la idea es aprovechar lo que se encuentra en el mismo campo, tanto por costos como por disponibilidad” explicó Maia Lescano, doctora en Tecnología Química, Investigadora del INTEC y autora del trabajo publicado en Journal of Environmental Management, y agregó: “Estamos entusiasmados con los resultados obtenidos en escala laboratorio y ahora estamos ensayando a escala piloto con el objetivo final de aplicar las tecnologías a escala de campo”.

Cómo funciona

Indicaron que las camas biológicas se diseñan en base a una biomezcla, es decir, un conjunto de diferentes materiales que pueden ir variando de acuerdo a la zona.

Uno de los componentes fundamentales es el suelo, que se aconseja que sea de la misma región en donde se va a construir el biolechos.

El mismo, “es el que aporta los microorganismos que están adaptados a la degradación de agroquímicos que se aplican en ese campo y a las condiciones de ese lugar”, sostuvo Lescano.

Asimismo, informó que al suelo se le suma alguna materia rica en fibra celulósica. En los ensayos de laboratorio utilizaron rastrojo de trigo y paja de alfalfa, y actualmente están evaluando moha. Otra alternativa que se puede incorporar material orgánico que provea aireación a la biomezcla como resaca de río o compost.

“Probamos diferentes mezclas y las que nos dieron mejores resultados son las que escalamos a los tanques de mayor tamaño”, detalló.

Una vez que los líquidos contaminados llegan a la cama biológica, el trabajo lo realizan los microorganismos. “Las bacterias y los hongos degradan los agroquímicos, por lo que no se trata de pasar el contaminante de una matriz a otra, sino de degradarlo”, remarcó Lescano.

Agroquímicos “degradados”

A escala laboratorio, las mezclas fueron eficientes en la remoción de glifosato y ahora se realizan ensayos con combinaciones de los agroquímicos más empleados en la región, incluyendo atrazina, 2-4D, prometrina, carbendazim e imidacloprid.

“Estamos intentando acercarnos a condiciones más reales”, adelantó.

Expandir los resultados

Lograr que los resultados obtenidos en un laboratorio trasformen la realidad en los campos no es un camino sencillo. Remarcan que el desafío ahora, además de continuar con los ensayos, es dar a conocer esta tecnología para lograr que se implemente en nuestro país.

Para facilitarlo, trabajan en la confección de una norma IRAM que sirva de guía para la construcción de una cama biológica.

Allí se sintetizará la información de mezclas de probada eficacia, sus proporciones y condiciones de humedad y otras variables de diseño e implementación de las camas biológicas.

También indicará los procedimientos para monitorear la actividad de la biomezcla y los plazos de recambio parcial y total.

“Necesitamos que se conozca, que la gente ligada al campo dimensione el problema y se comprometa con esta tecnología”, señaló la científica.

El grupo de trabajo es conducido por Cristina Zalazar y junto con Maia Lescano trabajan María de los Milagros Ballari, Eduardo Vidal, Carolina Masín, Alejandra Durán, Roberto Romero, Alba Rut Rodríguez, Rosario Morell y Sofía Lammertyn.