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Un documento al servicio de la producción y del consumidor

El Senasa implementó un sistema informático capaz de administrar la infinidad de datos que surgen de los diversos tipos de traslado de mercaderías que se generan a lo largo de las cadenas de frutas y hortalizas: el Documento de Tránsito Sanitario Vegetal Electrónico (DTV-e).

Senasa control camion
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Por Néstor
Iglesias

Coordinación General de Frutas, Hortalizas y Aromáticas del Senasa.

Para atender a un mercado cada día más exigente y comprometido con la inocuidad y la calidad, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) implementó un sistema informático capaz de administrar la infinidad de datos que surgen de los diversos tipos de traslado de mercaderías que se generan a lo largo de las cadenas de frutas y hortalizas: el Documento de Tránsito Sanitario Vegetal Electrónico (DTV-e), herramienta que respaldada por elevados estándares de seguridad y confidencialidad presta servicio a uno de los sectores más dinámicos de la economía, protegiendo la producción de agroalimentos y atendiendo a la salud pública.

Las cadenas de frutas y hortalizas presentan un conjunto de actividades para lograr que los productos agrícolas se transformen en un alimento apto para ser consumido por los seres humanos. Las mismas son llevadas a cabo por diferentes agentes económicos que se dedican a captar los mercados externos y/o satisfacer las demandas de los grandes centros de consumo locales. Incluyen todas las actividades relacionadas con la manipulación desde el predio productivo, pasando por los eslabones de procesamiento, almacenamiento, transporte y comercialización en los puestos a tal fin, o su acondicionamiento para la exportación.

El Sistema Integrado de Gestión del Documento de Tránsito Sanitario Vegetal (SIGDTV), aprobado por la Resolución Senasa 31/2015, provee la plataforma que administra las acciones de todos los sujetos obligados a gestionar el DTV-e, respondiendo a la complejidad y diversidad de las actividades productivas, de acondicionamiento, comerciales y logísticas a lo largo de toda la cadena agroalimentaria de frutas y hortalizas.

En virtud de la recopilación de información sobre plagas de interés para los principales cultivos, la que surge de las acciones que el Senasa y distintas instituciones, organizaciones y entidades vinculadas y reconocidas (institutos de investigación, universidades, gobiernos locales, sociedades científicas, laboratorios, consultores), el SIGDTV prevé una serie de advertencias y bloqueos que son configurados de manera dinámica respondiendo a las necesidades de los programas oficiales fitosanitarios a fin de impedir y/o advertir sobre traslados de productos frescos que acarreen riesgos de dispersión de plagas. De esta manera se contribuye a la conservación de los montes y explotaciones frutales, el mantenimiento de los rendimientos de las unidades productivas y la protección de las actividades relacionadas.

Este recurso que el Senasa pone a disposición del sector frutihortícola es emergente de la complementación de los componentes específicos del Sistema Nacional de Protección Fitosanitaria, un conjunto de programas coordinado estratégicamente por la Dirección Nacional de Protección Vegetal cuyo objetivo es prevenir la introducción y/o dispersión de plagas cuarentenarias y controlar las plagas presentes de alto impacto económico, con las acciones que conduce la Dirección Nacional de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria tendientes a mitigar los riesgos de contaminaciones químicas, físicas y biológicas.

La manipulación en origen del producto, que suele consistir en su limpieza, una clasificación inicial para eliminar la mercancía en mal estado y la calibración, base para la clasificación final del producto, es posterior a las actividades culturales en el predio productivo.

Atento al rol activo del Estado en el diseño y ejecución de políticas para los sectores productivos cuya actividad repercute en toda la cadena agroalimentaria y a que la protección de la salud humana constituye un motivo de preocupación primordial, el Documento de Tránsito Sanitario Vegetal Electrónico (DTV-e) está explícitamente mencionado como uno de los requisitos mínimos obligatorios al momento de implementar las BPA ya vigentes para los productores frutícolas y cuyo plazo se extiende a enero del 2021 para los hortícolas.

Los requisitos para las diferentes categorías de los locales en donde se seleccionan, clasifican, acondicionan, envasan, identifican y conservan (provisión de frío y condiciones ambientales adecuadas) los productos frutihortícolas están contemplados en la Resolución SAGPyA 48/1998. La dinámica del sector promueve nuevos roles que necesitan gestionar en el SIGDTV, impulsando la actualización de las regulaciones referidas a las actividades de empacado a campo y sitios de acondicionamiento primario, a fin de poder ser incluidos en los registros oficiales. El objetivo es una mejora en la calidad, la inocuidad y el control sanitario, junto al fortalecimiento de la trazabilidad de las hortalizas y frutas de consumo en fresco.

Los movimientos relativos a las etapas de comercialización son prestados por un gran número de agentes; los que revisten el carácter de mayoristas son identificados y registrados en Sistema de Control de Frutas y Hortalizas (SICOFHOR), regulado por la Resolución Senasa 637/2011. A fin de completar el esquema de los canales comerciales, el alcance del SIGDTV contempla a la distribución minorista y los establecimientos que industrializan frutas y hortalizas, que sin ser competencia del Senasa, gestionan como eslabón extremo.

Los roles de cada actor en la cadena de valor tradicional se van adecuando a las señales con que traccionan los mercados, con una progresiva tendencia hacia la integración vertical, estableciéndose vínculos estables entre proveedores y clientes. El DTV-e, una herramienta dotada de transparencia y agilidad, es el recurso idóneo para administrar la información que surge de la multiplicidad de las actividades y tipos de movimientos propios del sector.

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La AFIP adopta al DTV

Los avances en la aplicación gradual del DTV-e han mostrado en los últimos años un notable aumento de la cantidad de movimientos documentados y de los volúmenes de mercadería amparados sanitariamente. A pesar de que al sector se lo describe como que adolece de un apego a la formalización en términos de la trama laboral y comercial, las ventajas instrumentales que el Senasa ofreció a los actores hicieron que se generalizara el conocimiento del DTV-e, lo que ya se puede considerar pleno en todos los eslabones de la cadena agroalimentaria mayorista de frutas y hortalizas.

Tal fue el impacto en la utilización de este recurso, que en 2018, a tan solo algo más de dos años de haberse emitido los primeros documentos, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) adoptó al DTV original como remito oficial para respaldar fiscalmente el traslado de todos los productos de origen vegetal que el Senasa había puesto bajo el amparo sanitario del mismo. La Resolución General Conjunta AFIP-Senasa 4297 aprobó al rebautizado DTV-e, manteniendo la potestad sobre el ritmo de gradualidad de implementación en el Senasa, atento a que el universo de sujetos alcanzados por la medida presenta características disímiles de infraestructura y de tecnología.

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El DTV-e y las ventajas de la autogestión

El Senasa puso a disposición todos los actores de la cadena tramitar los DTV-e, esto es emitir y/o cerrar un documento, por la modalidad de autogestión, a cualquier hora, con la anticipación que más le convenga a cada uno, sin necesidad de dirigirse a las oficinas del organismo.

La autogestión del DTV-e se aplica a todas las especies amparadas a la fecha, y entre todos los eslabones identificados en la amplia red de circuitos de intercambio del sector frutihortícola. Productores, importadores, empacadores, titulares de cámaras de frío, y los diversos operadores comerciales del sector pueden administrar sus tiempos, su adecuación a las condiciones climáticas, estado de los caminos, disponibilidad de medios transportes e incluso a las condiciones de horario de entrega que imponen las relaciones cliente-proveedor, optimizando los recursos disponibles con el consiguiente ahorro y aumento de beneficios en la operación.

No obstante las ventajas mencionadas, el Senasa conserva el servicio de gestión personalizada en sus oficinas locales para aquellos casos en que, por razones fortuitas, se hayan interrumpido la conectividad o el suministro de fuerza motriz en los establecimientos emisores, u otros inconvenientes que le impidan a los interesados gestionar un DTV-e por sus medios.

La autogestión pretende el empoderamiento de los individuos para que cumplan sus objetivos por sí mismos y es otra de las herramientas de adecuación del Senasa a las necesidades de los usuarios, que proporcionando agilidad, comodidad y seguridad a las transacciones entre operadores del segmento de frutas y hortalizas frescas.

Seguridad y validación informática

El Senasa implementó también un servicio de validación de documentos mediante el cual es posible verificar la autenticidad de un DTV-e por vía informática o telefónica, a fin de que los interesados constaten algunos datos significativos contenidos en los impresos que amparan el traslado de mercaderías. De esta manera, las 24 horas del día, con el Código Único de Validación Electrónica (CUVE) que está impreso en cada DTV-e, cualquier persona puede hacer la consulta, e inmediatamente recibe la respuesta sobre la vigencia de un documento, la identificación oficial de origen y destino, e incluso el producto y las cantidades transportadas.

Este servicio se inscribe dentro del marco de mejoras ofrecidas por el Senasa a los autogestores, a los agentes del Servicio Oficial y a la comunidad toda, con el propósito de fortalecer la seguridad agroalimentaria y las prácticas de lealtad comercial.

El mercado de alimentos muestra una movilidad ascendente en la calidad de las prestaciones que no solo gana adeptos entre los actores del sector, sino que se va convirtiendo en un requisito ineludible a la hora de competir comercialmente. A fin de diferenciarse positivamente, surgen normas de índole sanitaria privadas que obligan a productores, intermediarios, distribuidores y exportadores a cumplir un cúmulo de exigencias para que sus productos califiquen para los mercados internacionales.

Se adoptan modelos que permitan no sólo relaciones eficientes entre los eslabones de las cadenas de valor, sino también el “plus marketinero” de actuar de manera rápida en beneficio del consumidor en primer lugar y de los intereses de las empresas productoras luego, al tener las mercancías bien identificadas en las diferentes etapas de la cadena de abastecimiento.

Este concepto sugiere la necesidad, entre otros aspectos, de conocer el origen de los productos utilizados a lo largo de toda la cadena de producción, elaboración y hasta la distribución según el caso, o sea de poder rastrear el inicio de las materias primas que dan forma a los alimentos, hacer un trazado a lo largo de toda la sucesión de operaciones que se denomina cadena. A esto se lo llama “hacer la trazabilidad” de los alimentos.

DTE Senasa

Demandas de los mercados globales

Las autoridades sanitarias de los principales países compradores de frutas y hortalizas no han sido ajenas a esa corriente de innovación, mejoramiento y ponderación de la inocuidad, estableciendo regulaciones de exigencia creciente. El mundo ya no se conforma solo con una calidad de acuerdo a especificaciones, sino que reclama seguridad alimentaria y buenas prácticas en todos los eslabones, por lo que resulta imprescindible tomar acciones a fin de conservar la participación comercial en las plazas alguna vez conquistadas y expandir las posibilidades de posicionamiento de los productos frutihortícolas en los mercados.

Con una buena trazabilidad se puede reconocer de manera única e irrepetible a los responsables comerciales y logísticos, amén de los intermediarios e instalaciones que intervinieron en la cadena, y tomar las acciones correctivas donde y cuando sean necesarias.

Uno de los disparadores de la puesta en marcha del SIGDTV ha sido la lucha contra el Huanglongbing (HLB), a fin de proteger a la citricultura de la plaga que se considera como la más grave para los cítricos en el mundo, actividad que en varias provincias del país es el principal componente del producto bruto local, una auténtica economía regional.

Otra plaga de gran impacto es la Lobesia botrana, conocida comúnmente como “la polilla de la vid“, la cual provoca pérdidas en los volúmenes de producción, menor rendimiento por planta y afecta la calidad de la fruta tanto para consumo en fresco como para vinificación. Las configuraciones de bloqueos y advertencias en el SIGDTV sobre la necesidad de tratamientos cuarentenarios, regulan los movimientos alrededor de las áreas reglamentadas y la adhesión al Sistema de Medidas Integradas (SMI), que consiste en un conjunto de acciones de índole fitosanitarias para reducir el riesgo de dispersión de la plaga.

La implementación del DTV-e resguarda también el ingreso de fruta sin tratamiento a las zonas declaradas libres de la plaga conocida como Mosca de los Frutos, considerada una de las de mayor importancia económica para la producción frutihortícola de la Argentina debido a los daños que produce en la fruta y a las mermas económicas asociadas.

Este ensayo sobre la implementación del DTV-e se refiere exclusivamente al traslado de las frutas y hortalizas desde los predios productivos hasta los eslabones de consumo local o exportación. A título informativo, el SIGDTV y las actividades de protección desarrolladas por el Senasa también se extienden a toda la temática de los denominados “viveros”, que abarca a los materiales de propagación, micropropagación y/o multiplicación vegetal (a excepción de semillas botánicas) y a la administración sanitaria del tránsito de todos los productos y subproductos del algodón.