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Tras una cosecha “excepcional”, bodegas esperan más producción y calidad para la vendimia 2019

Así se lo adelantó a Infocampo el CEO de Trivento, Santiago Ribisich, en una recorrida por las fincas de la firma en Mendoza. El análisis del mercado en términos de exportación y consumo interno.

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Por Infocampo

El clima acompañó a la industria vitivinícola de Mendoza en el último año y así parece que continuará la situación de cara a la vendimia 2019.

Al menos así lo estimaron desde la Bodega Trivento, que en 2020 alcanzará las 1.584 hectáreas repartidas entre el Valle de Uco, Oasis Luján- Maipú y Oasis Este.

Después de un 2016 muy complejo por el Niño, que trajo lluvias que afectaron duramente a la región, el año pasado cerró con una importante recuperación en producción y una calidad excepcional. En tanto, en 2018 se registró un aumento más cercano al promedio en cuanto al volumen y una suba en calidad, mientras que los pronósticos para 2019 muestran mejores expectativas aún.

“La vendimia 2016 fue la más baja en producción de los últimos 60 años y eso nos dio experiencia y aprendizaje. Los stocks se vieron muy afectados, aunque la calidad fue buena”, recordó Santiago Ribisich, CEO de Trivento, en diálogo con Infocampo en el marco de una recorrida por la bodega en Mendoza.

Ribisich resaltó el crecimiento del último año, y se animó a proyectar un 2019 con una “muy buena situación, que se vislumbra con las primeras brotaciones”.

la cosecha 2018

Para Germán Di Césare, chief Winemaker de la firma, la última cosecha trajo tranquilidad y alivio. “Una vendimia típica mendocina con excelente sanidad y un volumen que superó nuestras expectativas”, la definió, y destacó la escasez de precipitaciones que caracterizó al ciclo 2017/18, cuando se registraron alrededor de 280 mm, el promedio anual de Mendoza.

Ese factor sumado al manejo del riego de la bodega ayudaron a cumplir con la planificación del equipo agronómico, dado que, según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el clima seco durante la temporada estival fue “determinante para la sanidad de las uvas”.

German di Cesare fudre

Germán Di Césare

“La nula aparición de enfermedades criptogámicas -aquellas originadas por hongos y que afectan hojas
y racimos- nos garantizó plantas sanas. Una primavera de estas condiciones nos
fue vislumbrando una muy buena cosecha”, explicaron, por su parte, los ingenieros José Verdaguer y Gerardo López, que mostraron los detalles del trabajo que realizan en la empresa.

Con un invierno con pocas lluvias níveas en la cordillera de Los Andes y fríos moderados, con temperaturas mínimas entre -2 a -4°C, el ciclo fenológico se dio en forma ordenada, para dar paso a una primavera con heladas parciales que afectaron viñedos de zonas bajas del Valle de Uco y Luján de Cuyo, con mermas en la producción.

El verano, en tanto, llegó con altas temperaturas, fuerte insolación y sequedad típicas de la provincia, por lo que las labores previas en la canopia y el manejo del riego resultaron fundamentales para sortear los picos de calor.

“Esto se tradujo en uvas balanceadas en acidez, polifenoles y azúcares. Comenzamos la cosecha algo temprano, a fines de enero, y la culminamos el 24 de abril. Además, entre la última semana de marzo y la primera de abril se concentró la recolección de las tintas”, contó Di Césare.

Mercados: análisis y proyecciones

Con presencia en 100 países de forma activa y 430 colaboradores, el 70% de la facturación de Trivento está volcada al mercado externo y el 30% al argentino. La empresa nació hace 22 años como parte del holding Concha y Toro, y está en el top five de las bodegas exportadoras de nuestro país. Ahora, planea seguir creciendo en exportaciones, pero también aumentar la presencia en el mercado interno y llegar de forma más directa a los consumidores.

“Tanto para nuestra empresa como para el sector vitivinícola, la devaluación del peso argentino brinda un mayor entorno competitivo y las economías regionales recuperan algo de rentabilidad. Si miramos la foto, el entorno competitivo es mejor, pero no sabemos cómo termina la película, principalmente por el tema de la suba de los derechos de exportación y la reducción de reintegros. En nuestro caso, el tipo de cambio influye, pero también hay otros puntos que tocan la competitividad. Necesitamos condiciones de largo plazo”, analizó Ribisich.

Finca Cruz del Alto

Finca Cruz del Alto

Para el directivo, la deuda pendiente en la vitivinicultura argentina es la logística. “Por nuestra posición geográfica, estamos a 1.000 kilómetros del puerto de Buenos Aires o más cerca del puerto de Chile, pero hay que cruzar una frontera. Siempre cuando nos comparamos con otros países productores tenemos una desventaja. En promedio, el costo puede ser US$ 1,50 por una caja de 12 botellas. La alternativa sería que el día de mañana el tren se convierta en un medio de transporte confiable para esta economía regional”, señaló, al tiempo que resaltó que los planes que anunció el Gobierno Nacional en ese sentido les permite proyectar una reducción de los gastos, en conjunto con la última ley fiscal que fija beneficios impositivos de aquí al 2021.

“Con la devaluación, Argentina puede recuperar volúmenes de exportación, pero tiene que sentarse a negociar con grandes retailers, cadenas de supermercados que planifican con un año de anticipación. Todo eso lleva tiempo, y si bien somos optimistas, creemos que recién se notarán los crecimientos a partir de los primeros meses de 2019“, aseguró.

Por otro lado, Ribisich destacó los proyectos de investigación que Trivento encaró en materia agrícola en sus viñedos. “La eficiencia y los buenos rendimientos son una gran parte del negocio, y creemos que eso reducirá costos. En cuanto a la sustentabilidad, en 30 ó 40 años tendremos mejores suelos, algo muy bueno en medio ambiente y producción. Además, podremos transmitir el know how a productores”, aseguró.

Gracias a los altos puntajes que consiguió de críticos de la industria y precios adecuados para cada producto, Trivento busca posicionarse como referente en vinos de alta gama en Argentina. Sus inversiones están enfocadas en lanzamientos de vinos premium y superiores. Las últimas incoporaciones fueron en la línea Golden Black Series, que son vinificaciones de Cabernet Franc, Pinot Noir, Malbec del Valle de Uco, entre otros. “Mostramos la diversidad de nuestro terroir. No es lo mismo un suelo de Altamira, San Pablo o Luján de Cuyo“, resumió el CEO de la compañía.